Expiación limitada



1 JUAN 2:2
" Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”. 

Esta expresión "todo el mundo", está refiriéndose no a cada individuo en la humanidad, sino a la humanidad en general. Cristo en verdad pagó el pecado de todos aquellos que habrían de arrepentirse y creer. Existe en la Escritura un buen número de pasajes donde menciona que Cristo murió por el mundo (Jn. 1:29,3:16,6:51; 1 Ti.2: 6; He.2:9). Y ya que gran parte del mundo será eternamente condenado al infierno, eso quiere decir que Cristo no pagó el pecado de ellos con su muerte, porque no es posible que se pague por algo y no se reciba (Mt. 7:13,14); y que el libre albedrio sea más capaz en su obstinación que el eterno propósito de Dios.

“Los pasajes donde Cristo habla que ha muerto por todo el mundo deben entenderse refiriéndose a la humanidad en general (como en Tit. 2:11). El mundo significa la esfera, los seres hacia los cuales Dios busca la reconciliación y que ha provisto la propiciación. Dios ha mitigado temporalmente su ira contra los pecadores, permitiéndoles que disfruten la vida terrenal (1 Ti. 4:10). En tal sentido, Cristo ha provisto un breve, o una temporal propiciación por todo el mundo. Pero él satisface completamente la ira de Dios solamente por aquellos elegidos para creer. La muerte de Cristo en sí misma tuvo un infinito valor porque es el Santo Dios. Así, su sacrificio fue suficiente para pagar la penalidad por todos los pecados de todos aquellos que Dios trae a la fe. Pero la satisfacción y expiación es solamente por aquellos que creen (Jn.10:11,15; 17:9,20; Hch. 20:28; Ro. 8:32,37; Efe. 5:25). El perdón por los pecados es ofrecido a todo el mundo, pero recibido solamente por aquellos que creen (1 Jn. 4:9,14, 5:24). No hay otra forma de ser reconciliado con Dios” (John MacArthur, comentarios).

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