Le gustaría tener un mono en la sala de su casa

       2 CRÓNICAS 9:21  
“Porque la flota del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram, y cada tres años solían venir las naves de Tarsis, y traían oro, plata, marfil, monos y pavos reales”.  
Cualquier ciudadano tenía en su casa un pájaro o un animal raro. La prosperidad económica era tal que cualquiera tenía mucha plata y podía gastarla en lo que quisiera. Digamos, había una poderosa clase media, y los pobres serían pocos. Esto sería para comerciar a gente extravagante que paga caro el capricho o gusto de tenerlas, o para los príncipes, porque no me imagino un pobre gastando sus ahorros para tener un mono en la sala de su casa o un pavo real enjaulado en el patio. Es mejor dar a los pobres lo que cueste un mono y enviar a un misionero de ultramar lo que valga un pavo real. No sé si con razón o sin ella, cuando Salomón murió el pueblo quería un cambio y acusó su gobierno de haber sido duro (10:4).

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