Salmo 11:3
“Si los fundamentos fueren destruidos”.

Si fueren
destruidos los fundamentos de la religión cristiana, que son sus
doctrinas básicas y su ética, ¿qué harán los que han confiado sus vidas a
ellas? ¿Qué harán los simples creyentes cuyas almas son cuidadas por pastores?
¿Qué harán si a los mismos maestros que les oían enseñar las verdades ortodoxas
del N.T. ahora les oyen lo opuesto y les ven destruir lo que edificaron? ¿Qué
podrán hacer los justos si oyen que ya el fundamento de la salvación no es
Cristo sino que lo han quitado y han puesto en su sitio otro nombre y otro
evangelio; y que la salvación no es un don de la gracia solamente que se recibe
por fe sino que el hombre tiene que hacer obras para ponerlas junto ellas? (1
Co. 3:11). ¿Qué harán los justos si se dan cuenta que en la predicación, en el
evangelismo y en la adoración Cristo tampoco en todo tiene la preeminencia
(Col. 1:18), que es vana porque se dice que no resucitó? ¿Huirán los justos al
monte cual ave? ¿O hacer como dijo John Stott en una entrevista cuando le
preguntaron si su iglesia aprobaba el matrimonio entre homosexuales y
lesbianas, afirmó que lucharían quizás por unos años y luego se iría?
Sí, quizás sea mejor así, tratar de dominar aquellas
instituciones que son como el fundamento de la iglesia, de la
denominación y a partir de ella luchar para poner de nuevo el fundamento que
quiso ser destruido; y si no se logra, pues entonces salir, como hicieron los
presbiterianos con el seminario en Princeton; cuando ya no pudieron detener la
ola liberal, se marcharon y fundaron el que ahora radica en Filadelfia. O lo
que hizo Spurgeon en Londres cuando la Unión Bautista se negó a condenar a los
que estaban enseñando el liberalismo en sus iglesias; después de lo que se
conoce como el Downgrade Controversy, abandonó la Unión y a poco tiempo
murió.
Esa actitud defensiva o combativa fue la que
usó Pablo contra judaizantes y pro-gnósticos en sus iglesias como los gálatas y
los colosenses (Flp. 1:17) ¿Qué haremos si aquellas doctrinas que son el
fundamento de la religión cristiana, que hizo del movimiento una secta,
como lo llamaron sus contemporáneos, algo distinto al judaísmo, son socavadas?
Por ejemplo, la divinidad de Cristo. ¿Qué haremos con la iglesia que
rechaza la divinidad de Cristo o con una denominación entera? ¿Le toleraríamos
esa deserción teológica para que como Himeneo y Alejandro ande gangrenando
todo el cuerpo? ¿O es mejor expulsarla para que haga su mal afuera, entre
aquellos a quienes el dios de este siglo cegó el entendimiento para que no les
resplandezca la luz del evangelio? ¿Qué harán los justos si oyen a sus profetas
y maestros enseñar que la salvación no es por fe sola sino fe con buenas
obras, promesas, comidas, etc.? ¿Qué harán los justos (que pueden hallarse en
cualquier denominación) si se dan cuenta un día que en su iglesia los
fundamentos han sido destruidos hace siglos y se ha estado venerando imágenes
como dioses lo cual la Biblia prohíbe? ¿Deben seguir adorando a Dios entre
altares y altares, cantando alabanzas evangélicas, usando dones del Espíritu
entre figuras de talla y oro que otros hundidos en la ignorancia adoran? ¿Qué
harán los justos si empiezan a enseñar en su religión que ya Dios no es más
trino sino una sola persona, la del Padre, que el Espíritu Santo no tiene
personalidad sino que es una fuerza divina? Si los justos se dan cuenta que eso
es lo que se enseña en su denominación, ¿qué harán? ¿Tolerar o dejarla? En
tales casos, si no hay fuerzas para combatir y ganar sea mejor y hacer lo que
David no quería, huir al monte cual ave, escapar, como dice la tradición
que hizo Juan cuando supo que Cerinto el gnóstico estaba bajo el mismo techo
que él y temía se desplomase por la ira de Dios. David pregunta qué harán los
justos si eso les pasa y da a entender que los justos tienen que hacer algo,
la situación es crítica, terrible, dolorosa, pero no pueden quedarse con los brazos
cruzados mientras los fundamentos apostólicos son destruidos.
Pero, ¿qué harán los justos si los fundamentos
básicos de la sociedad son destruidos? ¿Si los fundamentos morales
sobre los cuales ha sido edificada nuestra sociedad occidental, que son los
fundamentos cristianos son destruidos? ¿Qué hacer si en las escuelas se
enseña una educación sexual liberal y anticristiana? ¿Sacamos nuestros hijos y
los ponemos en una escuela privada o nos hacemos miembros del PTA (Padres, Maestros, Alumnos), vamos a las
reuniones y protestamos para que los fundamentos no sean destruidos? ¿Se
cruzarán de brazos los justos y no harán nada? Lo que pudiéramos hacer con la
iglesia, dejarla, no lo podemos hacer con la sociedad donde vivimos, por lo
menos en muchos casos; el primer camino a tomar es usar los medios que se
han conservado para evitar que los fundamen
tos sean destruidos. Si un
presidente aprueba el aborto, la constitución nos garantiza la oportunidad de
votar en su contra y no reelegirlo, si se manifiesta en pro de los matrimonios
de homosexuales, hay que cambiarlo y elegir a otro para quien los mandamientos
de Dios sean más importantes que la interpretación filosófica de la libertad
democrática. ¿Elegiremos un presidente, o lo renovaremos sólo contemplando los
progresos económicos o las promesas financieras que hace sin juzgarlo cristianamente?
¿O no nos importan los fundamentos cristianos de la sociedad y los sacrificamos
por la prosperidad individual y la conveniencia? Si los fundamentos cristianos
que pusieron los peregrinos que se bajaron del barco Flor de Mayo, en el caso
de Estados Unidos, y sobre los cuales se inició, prosperó y sobresalió esta
sociedad son destruidos, y que ahora influye tanto en Hispanoamérica, su
esplendor se marchitará y como el imperio romano, ella también se caerá y
nosotros con nuestros hijos pereceremos en su derrumbe.