No mire con malos ojos la doctrina de la predestinación
Hechos 13:48
"Oyendo esto los
gentiles, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor; y creyeron
cuantos estaban ordenados a vida eterna".
No es exactamente todos los que
quisieron, que aceptaron la palabra, sino los "ordenados". Esto no se
dice como algo previo a la predicación: "Creerán los que Dios haya
ordenado" sino posterior como para explicar el rechazo de muchos y
preservarse del desaliento, aunque eso no cambia lo que ha dicho puesto que la
palabra significa que creyeron solamente los que Dios había “asignado” “señalado” “determinado”, que es
lo que la palabra “ordenado” significa. Los que miran con malos ojos la
doctrina de la predestinación se defraudan mucho, se lamentan demasiado, no se pueden
enjugar ninguna lágrima de los ojos cuando no le hacen caso al mensaje del
evangelio, a no ser con el luctuoso pañuelo de la conformidad.
Después de más de casi 50
años (¡se dice fácil, Dios mío!) estudiando la Biblia, predicándola,
pastoreando y formando iglesias, y viviendo mi vida cristiana puedo afirmar con
inamovible convicción que nadie puede salvarse por medio de su temperamento,
tener fe de modo natural, ni ser fiel a Cristo por su propio esfuerzo y ganas,
sino porque Dios da la orden que tenga fe y el evangelio obediente la transmite;
desde la mollera (si no sabe lo que es eso, es la parte más alta del
casco de la cabeza) hasta el calcañar somos salvos por gracia, la fe
desde la cabeza hasta la cola pertenece a Dios. He aprendido con el Apóstol a
luchar más con Dios por la salvación de otros que con ellos mismos para que la
reciban. Si Jesús no dice “quiero” no valen mis ganas.
Volviendo al pasaje, no te
desanimes si no todos los que tú querías que creyeran no creyeron. Creerán
algunos, los que Dios haya ordenado para que se salven. Reposa y labora. Si alguien desecha su oportunidad otro la
toma; eso pasó con la audiencia judía a la que predicaba Pablo, no se
consideraban "dignos" de la vida eterna (v.46), no que se
consideraran o se sintieran indignos del evangelio sino lo contrario, que eran
"demasiado dignos" para tomar la vida eterna, o fingían indignidad,
lo cual no es improbable, de todos modos por ese juicio de ellos mismos se
excluyeron. Y los gentiles oyendo que Pablo dedicaría su ministerio a ellos y
que había una profecía que les garantizaba esa oportunidad se regocijaron y
muchos la aprovecharon y “creyeron todos los que estaban ordenados para vida
eterna”.
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