No le diga a nadie que Dios tiene un plan maravilloso con su vida
Hechos 7: 3
"Y le dijo: "Sal de
tu tierra y de tu parentela, y ve a la tierra que yo te mostraré".
Dios no tenía ningún
propósito con la familia de Abraham, y de quedarse allí sería inútil y
perjudicial para él. Taré salió con él pero se quedó en Harán (Ge. 11:32). ¿De qué texto de la Biblia habrán sacado eso
de que Dios tiene un propósito con cada persona en este mundo? ¿No es eso
filosófico? Sin embargo habitualmente eso se ha puesto de moda para la
evangelización, y se le dice a la persona: "Dios te ama, Cristo murió por
ti, y Dios tiene un propósito contigo". Lo único que encuentro que tiene
que ver con el propósito que Dios pueda tener con una persona que no vaya a
ser cristiana se halla en Ro. 9: 22, donde dice que Dios lo soporta con paciencia
antes de destruirla. Si Dios tiene un propósito "maravilloso" y para
salvación con una persona, la llama (Ro. 8: 27-30). Con los que “antes conoció”
y “también predestinó”, con los llamados, sí tiene un plan perfecto, sabio,
bueno, extraordinariamente glorioso, que a veces incluye muchas vicisitudes,
contratiempos, “hambre, desnudez, espada, escasez, frio”, y puede decir
literalmente “¿quién enferma y yo no enfermo?” (2 Co. 11: 29), y rascarse con
una teja como Job (2:8), la crucifixión como a Jesús, o como dice la tradición que
murió Pedro, crucificado, o a pedradas como Esteban. ¿Llamaría usted
maravilloso ese plan? Pero eso no es “un plan maravilloso” en el sentido de un
plan bonito y muelle como hoy se dice.
No es concebible que Dios
tenga un soberano propósito con alguien y no lo ponga en práctica, o no lo
pueda poner porque la persona no quiere. Eso es más filosofía que Biblia. Aún
en los cristianos no es cosa fácil conocer el plan que Dios tiene con uno. Y es
un atrevimiento decirle que ese plan existe en los secretos divinos. El plan de
Dios es que se haga su voluntad, “no mi voluntad sino la tuya”, que se esté
seguro de un llamamiento perseverando en él y siendo guiados por el Espíritu
Santo. Entonces todas las cosas obrarán “juntamente” para bien. Al final uno
dice “he sido llamado por Dios para esto y lo hice”. Y ¿qué clase de creyente
formaríamos si se vuelve cristiano por el plan maravilloso que Dios tiene con
su vida? ¿Quiere decir que no experimentará vicisitudes, muertes, y
enfermedades? ¿Y si la realidad da al traste con lo que pase? Dios le dijo
Abraham: mi plan es contigo, vamos. Y dejó atrás su parentela.
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