Una dama como en ajedrez es reina
Ester 2:16,17
"16 Fue, pues, Ester
llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet,
en el año séptimo de su reinado. 17 Y el rey amó a Ester más que a todas las
otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas
las demás vírgenes; y puso la corona".
La ausencia de vanidad de
Ester, su docilidad, naturalidad, unido a su sencilla belleza, hizo que el rey
se enamorara de ella. No fue probablemente, porque "le dio una noche
maravillosa", porque para un hombre acostumbrado a tantas mujeres eso no
era un punto decisivo para su elección. La mujer cristiana es la única que
puede satisfacer los anhelos del alma de un hombre. Ester era la mujer adecuada
no para pasar una noche sino para vivir a su lado. Dios hizo la mujer para que
el hombre y ella se sintieran bien,
especialmente en sus vocaciones.
Vea la mujer virtuosa en
Proverbios 31. Fue una mujer para una vida maravillosa, para un matrimonio
maravilloso, una madre maravillosa, para criar hijos
maravillosos; no para formar una pareja como ese le llama, sino para
constituir con ella una sola carne, una sola mente, para conquistar el triunfo,
una mujer que ha hecho morir lo terrenal en ella, que busca las cosas de arriba
no las de la tierra, que quiere constituir una familia; en una palabra, no es concubina,
es bienaventurada, es dama que en
ajedrez es lo mismo que reina (v.11).
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