No le hagas caso a Eduardo Irving ni a Margarita MacDonald



Mateo 24:23-28
23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25 Ya os lo he dicho antes. 26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. 28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”.

No le hagas caso a los apocalipsistas y sensacionalistas o embusteros; la segunda venida de Jesús es una sorpresa. Esta gente siente fascinación por el futuro. Pablo es el mejor intérprete de Cristo. Intenta, si puedes, introducir el concepto de un período de mil años o de una evolución dispensacionalista  de su segunda venida dentro de este texto, “16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1Te.4:16-18).

Para encontrarlo ahí tienes que ponerlo. Si la segunda venida de Jesús, negó él rotundamente, no será secreta ¿de dónde habrán sacado eso de “rapto secreto”? Pues de un ministro británico llamado Eduardo Irving y una discípula suya llamada Margarita MacDonald que cayó en trance y dijo que Jesús vendría en dos etapas, una secreta para los justos solamente y ningún impío lo vería, y otra después. Ninguno de los reformadores conocía algo de eso y no se supo hasta el siglo XIX. A Irving también se le adjudica el surgimiento del don de lenguas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hiel de Betel, mal padre

Neginot y Seminit

El altar de tierra