Que se casen en Sodoma, Lot, no en Jerusalén
Génesis 19:4-7
“Aún no se habían acostado, cuando los hombres
de la ciudad, los hombres de Sodoma, rodearon la casa, tanto jóvenes como viejos,
todo el pueblo sin excepción. [5] Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están
los hombres que vinieron a ti esta noche? Sácalos para que los conozcamos. [6]
Entonces Lot salió a ellos a la entrada, y cerró la puerta tras sí, [7] y dijo:
Hermanos míos, os ruego que no obréis
perversamente”.
¿“Hermanos”?
¿Así les llamó a los sodomitas? La palabra hebrea “`ach” (awkh) se puede
entender en un sentido amplio. Seguramente que con ese significado extendido
fue que Lot la usó para referirse a los sodomitas que buscaban asaltar y violar
a los dos ángeles que habían entrado a su hogar. Puede entenderse, ¿que eran
hijos de los mismos padres? No. ¿Primos, parientes? Tampoco. ¿Conciudadanos,
vecinos? Más o menos, aunque ellos nunca lo tuvieron a él como ciudadano de
Sodoma sino como emigrante y extranjero. Si Lot los llamó hermanos pensando que
eran seres humanos, bien. Eran moralmente distintos y les quiso llamar
hermanos, desbordando amor por ellos, aunque afligido al considerar la conducta
de ellos. Él sabrá por qué. No hay objeción. Si les quiso llamar hermanos como
si fueran hijos de los mismos padres, aunque no los fueran, o los consideraba
así, es un asunto personal suyo y nadie interviene ni objeta. Es un hombre
libre y está bien que los trate con respeto y amabilidad aunque esté enterado
que quieren sodomizar su familia que es la iglesia y a los dos ángeles que son
el cielo. No necesariamente tenemos que estar de acuerdo con él.
Pero,
¿hermanos en la fe, en la religión, hijos del mismo Dios? Ya eso es otra cosa.
No los llamó hermanos en ese sentido. En todo caso pudiera haberlos llamado
“señores y señoras” “damas y caballeros”. Esos caballeros y esas damas no
forman parte de la iglesia, no pueden ser miembros de ella ni ciudadanos del
reino de los cielos. Hermanos sí son los ex-homosexuales
pero no activos como en la iglesia de
Corinto, y no como éstos que intentan sodomizar a los ángeles.
En
la ciudad de Corinto hubo “hermanos” que se echaban
con varones pero fueron “lavados” y “santificados” por el Espíritu Santo
(1Co.6:9-11). Si “en el día del juicio será más tolerable el castigo para los sodomitas que para Capernaúm”
(Mt.11:23), pudiera ser que por las amorosas exhortaciones de pastores como
Lot, corteses pero abrumados por “la nefanda conducta” de ellos (2Pe. 2:7)
antes que sean llevados a juicio logren que se arrepientan y los libre de esa
obsesión sexual pecaminosa, sean perdonados, y
vayan con cuerpos ya santificados
aun delante de las ex rameras y ex publicanos hacia el reino de Dios.
No Lot, no son
hermanos en la fe. Si ellos quieren casarse entre ellos mismos, que el rey de
Sodoma les de su aprobación pero no Jehová, ni el rey de Salem, ni Melquisedec sacerdote del Dios
Altísimo, ni Jesús Nazareno el Rey de los judíos vaya a sus bodas y les regale
el vino. A esas bodas no van los apóstoles ni la Virgen María. Pueden adoptar
niños y criarlos como si fuera un matrimonio heterosexual pero en Sodoma no en
Jerusalén “la ciudad del Gran Rey”.
19:8
19:8
“He
aquí ahora tengo dos hijas que no han conocido varón; permitidme sacarlas a
vosotros y haced con ellas como mejor os parezca; pero no hagáis nada a estos
hombres, pues se han amparado bajo mi techo”.
¿Un alto concepto
oriental sobre la hospitalidad? Bien. No bien. ¿Cómo el amor por unos huéspedes
puede ser mayor que el de tus hijas? Es una falta de balance. Hay creyentes que
dicen, esto es corbán, y otros son candil de la calle y oscuridad en la
casa y son peores que los incrédulos (1Ti.5:8). Mejor hubiera sido
decirles: “Me matan pero no les entrego a ninguna”. Con la excusa de servir a
Dios y al público menosprecian la familia. La aspiración última de los
homosexuales no es la familia (que nuestras hijas no sean vírgenes y forniquen)
sino la iglesia y Dios.
19:9,10
“Mas
ellos dijeron: ¡Hazte a un lado! Y dijeron además: Este vino como extranjero, y
ya está actuando como juez; ahora te trataremos a ti peor que a ellos. Y
acometieron contra Lot y estaban a punto de romper la puerta, pero los dos
hombres extendieron la mano y metieron a Lot en la casa con ellos, y cerraron
la puerta”.
Los
homosexuales toman nuestra negativa al asentimiento de la homosexualidad
como un juicio a ellos, una intransigencia, radicalismo, un insulto,
menosprecio y discriminación. No hace falta quitarles el derecho de
ser homosexuales, sus apetitos quieren más, se ofenden con nuestra
santidad, quieren tener derecho sobre nuestra santidad. Sólo basta que no
queramos concederle el derecho para corromper lo espiritual y se sienten
ofendidos.
Los ángeles no salieron
a discutir con ellos, no les predicaron sermones ni los llamaron al
arrepentimiento, ni los fulminaron en ese momento, les aplicaron un pequeño y
último juicio, la prohibición de tocar el reino de los cielos,
“ceguera”. Una ley justa que retenga la expansión de la homosexualidad es una
equivalencia de este juicio por ceguera. Los ángeles extendieron la
mano, no sus manos, y guardaron a Lot. La mano de los ángeles es la mano de
Dios. La protección de la providencia es la protección de Dios. La última alternativa
de la iglesia es protegerse primero y después el exilio, salir de esa
ciudad o país; cuando las instituciones espirituales por sí mismas no sean
capaces de detener el avance de la corrupción sobre ella.
No
hay juicio ni infierno porque no hay diablo, pecado ni Dios
19:12-14
“Entonces
los dos hombres dijeron a Lot: ¿A quién más tienes aquí? A tus yernos, a tus
hijos, a tus hijas y quienquiera que tengas en la ciudad, sácalos de este lugar;
porque vamos a destruir este lugar, pues su clamor ha llegado a ser tan grande
delante del Señor, que el Señor nos ha enviado a destruirlo. Y salió Lot y
habló a sus yernos que iban a casarse con sus hijas, y dijo: Levantaos, salid
de este lugar porque el Señor destruirá la ciudad. Pero a sus yernos les
pareció que bromeaba”.
¿Tienes
aquí alguno más que quieras que se salve? Los ángeles conocían toda la
parentela de Lot, pero les estaban preguntando por los vecinos, amigos,
compañeros de trabajo, etc. ¿Quieres que el bodeguero de la esquina se salve?
¿El panadero, el copero, el herrero, el
farmacéutico, el médico? ¿Alguien que sea como tuyo (tienes)? Y Lot se quedó pensando un tiempo y le respondió:
“no, sólo mis futuros yernos”. Por su mente pasaron muchos nombres: “no, éste
no, éste tampoco, no creerán aunque se les predique, sería como echar
las perlas a los puercos, me despedazarían”.
Sus ilusiones de
salvación con los yernos tampoco funcionaron. Si alguna vez pensó que se
convertirían a la fe en este momento se dio cuenta que jamás cambiarían. Allí
no había esposo fiel para sus hijas. Tomaron el mensaje como una broma, como si
fuera un chiste. Ver algo similar en Mateo 27:47. Les habló del juicio y se
rieron: “no hay juicio ni infierno porque
no hay diablo, pecado ni Dios”.
Ten
cuidado con los pecados pequeños
19:20
“Ahora
he aquí, esta ciudad está bastante cerca para huir a ella, y es pequeña. Te
ruego que me dejes huir allá (¿no es pequeña?) para salvar mi vida”. ¿No es
pequeña?
Mira
“una equivocación”, allí hay poco pecado. ¿Quién le ha dicho que en una
pequeña ciudad, un pequeño barrio, una familia pequeña puede haber pocos
pecados? Una ciudad grande tiene más medios de corrupción. La gente puede ser moralmente
mejor pero eso no quiere decir que está libre de condenación. Y no se reporta
que hubiera algún santo en Zoar.
Otra
equivocación, Dios no va a castigar una ciudad con pocos pecados. Si a
Adán lo castigó por uno. Hay muchos ejemplos sobre eso. Pero siendo particular.
Esa misma forma de argumentar la usan algunos para lo que llaman pecados
pequeños. Se disculpan diciendo que no es de muerte, no es
homicidio, no es una blasfemia, no es apostasía. Dicen que mucha gente lo
hace, todo el mundo lo hace, es parte de nuestra sociedad y nadie lo
condena. ¿Y por eso lo harás tú? ¿Quieres ser condenado con el mundo? Se
excusan alegando que se halla entre los santos del Señor, que buenos
hijos de Dios lo hacen y continúan siendo cristianos, son gente de experiencia
y años en el evangelio, por lo tanto, no debe ser tan grave porque si no, ellos
no lo harían. Y unos dicen que facilita la forma de vida porque así uno
queda bien con los demás, no se les ofende, pero se les engaña. El Señor
también aborrece los pecados pequeños (Cant.2:15).
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