Podemos ser de bendición, a pesar de muchas cosas
Génesis 12: 2
“Te bendeciré y serás bendición”.
Éstas son palabras dichas a Abram.
Si Dios bendice una vida, esa persona es
edificante. Abram no sólo está en el
cielo con Dios sino que él mismo representa el cielo y se le llama “el seno de
Abram” (Luc. 16: 22, 23).
Serás de bendición (1) aun equivocándote
en alguna cosa pero no en tu teología ni en tu fe. Abram nunca se equivocó
en su teología. Sin embargo cometió equivocaciones en otras cosas, por ejemplo,
cuando salió de Ur y por afectos
familiares permitió que le acompañaran otros que no habían sido llamados por
Dios. Sin embargo a esos mismos, aunque no fueran una bendición para él, él sí fue bendición para ellos. Estoy pensando en su
padre Harán y en su sobrino Lot. Con todos esos errores cometidos se cumplió el
designio de Dios de ser bendición para otros. A todo se le puede añadir que
continuó siendo de bendición a pesar que (2) no tuvo un matrimonio perfecto, por lo menos es lo que me parece:
pensemos lo que él hizo con Sara y aquel príncipe pagano llamado Abimelec, y para
lo que se prestó en relación con su sierva Agar, de la cual nació Ismael y
descienden los árabes. Es decir, a pesar de los contratiempos en que se vio
envuelto en relación con su mujer, en otras áreas de su vida también fue de
bendición. Dios puede bendecir y que sean de bendición hogares que no son perfectos.
También (3) fue de bendición aunque a veces fue valiente (cuando rescató
a Lot) y a veces un cobarde (cuando
mintió sobre su matrimonio e hizo que Sara mintiera). Fue de bendición como buen hijo y buen tío, y lo demuestra que
estuvo con Taré hasta que murió. Su familia recibió de él muchas bendiciones. Y
supongo corazón que sería un buen abuelo
y buen vecino. ¿No? Y sobre todo la más grande bendición que recibió y compartió (4) fue dejar
el paganismo, adorar un solo Dios y ser justificado por su fe. Cuando Dios
le hizo la promesa, creyó a Dios "y le fue contado por justicia". (5)
Y en último lugar fue de bendición para otros
de la misma fe, y que tal vez, o es seguro, era más grande que él, como
Melquisedec a quien dio los diezmos (14:14-24); y fue como si lo diera a Jesucristo
de quien este hombre era un espejo (He. 7:1-4). Si somos de bendición en
palabras, carácter y hechos seremos de edificación para los demás. A pesar de
todo. Y estaremos un día en el cielo recibiendo en el seno de Abram aquellos
para los cuales significamos algo.
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