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Mostrando entradas de abril, 2017

La cena o eucaristía es para los cristianos

EXODO 1 2:43,44 “Y el Señor dijo a Moisés y a Aarón: Esta es la ordenanza de la Pascua: ningún extranjero comerá de ella”.   Llamo eucaristía no a la misa católica que enseña la transustanciación, sino a la comunión evangélica. Sin embargo, ella, la cena digo, no es propiedad de una denominación sino de todos los cristianos. Quiero decir que tienen derecho a participar sin distinción de etiquetas de grupos eclesiásticos, llámense bautista o tenga otro nombre. El texto me hace pensar en la muerte de Cristo por la iglesia, “la amó y se entregó a sí mismo por ella ” (Efe.5:25). En realidad, es ofrecido al mundo entero y solamente “los circuncidados” de corazón, los que han echado afuera el prepucio “del cuerpo del pecaminoso y carnal” son aceptados legítimamente a participar de los beneficios de su muerte (Col.2:11,12). No que el bautismo te de ese derecho, sino el nuevo nacimiento. No debe la forma del bautismo, y por ende mucho de las distinciones cristianas, limitar el a

Tomo la santa cena con hierbas amargas

EXODO 12:8 “Y comerán la carne esa misma noche, asada al fuego, y la comerán con pan sin levadura y con hierbas amargas”.   Dios les ordena asar la carne cuando la costumbre de ellos era hervirla en agua. La costumbre de los egipcios era comérsela cruda en honor de Osiris. Sobre los panes sin levadura tomo la explicación más sencilla que era por la prisa y no había tiempo para esperar que la levadura fermentara la masa. También la levadura es un tipo de la corrupción, especialmente de la hipocresía (1Co.5:6-8). No obstante ese asado significa los lentos sufrimientos de ellos y del Mesías que poco a poco fue consumido por los pecadores. Las hierbas amargas, lo mismo las amarguras de ellos sufridas en Egipto por tan largo tiempo, y del Cristo . Se come a Cristo con hierbas amargas, con arrepentimiento. Confesar nuestros pecados y admitirlos es como si nos tragáramos la responsabilidad de nuestros malos hechos. Y debe ser comido en el calor del Espíritu Santo, "asado";

Marta con un pañuelo en la mano

JUAN 11:21-27       " Aun ahora, yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá". Marta no se atreve a pedir que lo resucite pero eso es lo que quiere. La esperanza cristiana no es un consuelo para ella en ese momento. No puede con el pañuelo de la doctrina enjugar sus lágrimas y conformarse. Jesús no deja que nos suceda nada sin sentido (Ayúdanos Señor a creer eso). Jesús le diría, "debes consolarte con esa verdad, no tengas miedo morir ni que te visite la muerte, teme a la incredulidad,   a no tenerme a mí, a morir en pecados, porque morir en la fe es morir en mis brazos”. Jesús no le dijo "cuando te mueras lo verás en el cielo; no es una porción de ti lo que verás, refiriéndose al alma, una parte; la esperanza que doy es mayor, la resurrección del cuerpo, en un mundo transformado. La muerte es reversible, lo que no es reversible es el destino eterno que cada cual escoja. Las oportunidades se agotan". A todo lo que me ha pasado el Seño