Si alguien te retarda en la vida cristiana


Gálatas 5: 7-12
“7 Vosotros corríais bien; ¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?  8 Esta persuasión no procede de aquel que os llama. 9 Un poco de levadura leuda toda la masa. 10 Yo confío respecto de vosotros en el Señor, que no pensaréis de otro modo; mas el que os perturba llevará la sentencia, quienquiera que sea. 11 Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz. 12 ¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!”.


La pregunta “¿quién os estorbó para no obedecer a la verdad?” (v. 7), es la misma expresión que usó en 3: 1, no es que no supiera quiénes eran sino que no procedía de Dios esa persuasión (v. 8) puesto que eran palabras engañosas (Col. 2: 4) y de “humana sabiduría” (1 Co. 2: 4), y los que habían hecho ese daño impidiéndoles que siguieran corriendo, los que los hicieron tropezar y los retardaron, como la palabra “impidió” o estorbó indica, recibirán un ejemplar “castigo” o “la sentencia”, “quienquiera que sea (v. 10). A eso el apóstol añade su propio deseo, que sean cortados o amputados de la congregación por cuanto “un poco de levadura fermenta toda la masa” (v. 9), o como otros interpretan, que “¡ojalá que los que os perturban también se mutilaran!” (v. 12) es una alusión al órgano de la circuncisión. No me extraña que ese sea su pensamiento por cuanto él los llamaba “mutiladores” (Flp. 3: 2). Con todo, el apóstol sostiene su esperanza que ellos no optarán “por otro punto de vista” o que no pensarán de otro modo.

Mis aplicaciones.

Algunas veces uno no se da cuenta que alguien o algunos nos están retardando el avance en la vida cristiana, y son realmente estorbos. ¿Qué hacer con ellos? Hay que ponerse fuera del alcance de sus puntos de vista, evitar ser fermentados o leudados por la manera de pensar de ellos y la forma de cristianismo inferior que viven. No con todo el mundo podemos tener la misma comunicación espiritual. Comienzan a cambiarnos un poquito, como la levadura de la hipocresía (Luc. 12: 1) hasta que nos “fermentan” y nos cambian todo, las doctrinas y el carácter cristiano (v. 9).

Ninguna explicación es aceptable cuando nos están pidiendo que hagamos los más nimios cambios a nuestra doctrina, fe y carácter. Aunque el profesor sea alguien de renombre. ¿No se equivocan esos? Cuando Pablo dice “quienquiera que sea”  supongo que era gente de influencia y que la envidia y las ambiciones los motivaban para separar a los hermanos de él (1: 8; 4: 17).  Usted puede seguir corriendo pero mire no sea que vaya más despacio. El propósito del maligno es la desobediencia y el medio para lograrlo la mentira. Somos llamados a oír la verdad, creerla y obedecerla y para deshacer eso el uso de la mentira corre un papel importante. Si se cambia la doctrina se cambia la conducta.

Y para concluir miremos hasta dónde llega el celo del apóstol por la iglesia de Dios, que maldice a los que están deformando a Cristo entre ellos, que han fascinado a los hermanos, que proponen una salvación por obras y fe, que deshacen su trabajo y les hacen sufrir como dolores de parto por la iglesia, “ojalá se mutilaran todos los que os perturban” (v. 12). Cualquiera que sea la interpretación que se le dé: el órgano masculino, otro órgano del cuerpo o la separación completa del cuerpo del Señor. Por regla el apóstol nos pide que no maldigamos a nadie, “bendecid y no maldigáis” (Ro. 12: 14), sin embargo en esta carta hasta aquí ya lo ha hecho dos veces (1: 7-9). Nota que no es porque le dañen a él sino que dañan su ministerio y la iglesia del Señor. 

Si uno ve y oye que alguien está dañando la iglesia o el ministerio del evangelio y no se enoja ¿qué amor tiene por Dios? Si se queda callado porque no es con él ¿qué celo tiene por el evangelio? Es la misma actitud no ordinaria que movió a Jesús a volcar las mesas y echar afuera a los cambistas del templo. El que volvió su mejilla cuando le golpearon hizo eso cuando vio que la casa de oración del Señor estaba convertida en un negocio religioso. Ninguno de los discípulos lo criticó sino que más bien explicaron esa violencia con que el celo de Dios lo consumía. Así Jesús y Pablo amaban la iglesia y el evangelio y se indignaban cuando se hacía tropezar algún hermano en la fe  (2 Co. 11: 29).

Comentarios

  1. Que buen comentario. Ud bien podría sacar una biblia entera con sus comentarios. "La Biblia de estudio de Pérez" ¿que le parece?

    Voy a compartir esta entrada con mis contactos, está muy buena, muy aplicable hoy en día.
    Bendiciones!

    ResponderEliminar
  2. Viviana, ¿qué me parece? No soy digno de tanto, contemplar el rostro del Señor de esa forma.

    Usaría un seudónimo, y afirmaría “no sé quién es ese hombre”, aunque por dentro me regocije ver que mis comentarios, hechos para mi deleite primero, edifiquen y sean amados.

    ResponderEliminar
  3. A mi parecer Ud. debería hacerlo, dejaría mucha sabiduría y edificación para las generaciones futuras de cristianos de habla hispana.

    Si es que no viene el Señor antes!

    Bendiciones!

    ResponderEliminar
  4. Bueno, entonces adelante! Ya tiene todo el trabajo hecho, podría publicarlo.

    Que el Señor lo ayude con el tema del financiamiento, estoy segura que sería un libro fantástico para los que amamos a Dios.

    Bendiciones!

    ResponderEliminar
  5. Viviana, para mí la Biblia es un libro de salvación y la oración con la Palabra de Dios es fundamental para el crecimiento cristiano. Lo que sí estoy tratando es de publicar las notas de toda la Biblia, las exposiciones de todo el Nuevo Testamento, que también las tengo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hiel de Betel, mal padre

Neginot y Seminit

El altar de tierra