Dios maneja esas piedras
Génesis
4:21
“Cuando
vuelvas a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he
puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón de modo que no dejará ir al
pueblo”.
Dios le enseñó a Moisés que él era absoluto.
Primero le dijo "Soy el Existente", no hay más; ahora le dice que él
asume la responsabilidad del endurecimiento de faraón y que no lo defendiera.
No porque directamente trabajara sobre su corazón para endurecérselo sino
porque mientras le hablara y continuara con su propósito no le daría un corazón
nuevo y obediente, ni un corazón creyente, no lo inclinaría hacia el proyecto
de Moisés sino que dejaría que faraón reaccionara naturalmente a la petición de
aquellos. A más sermones, peor condición.
Eso quiere decir negativamente, con odio y
prepotencia, buscando lo suyo propio, con la sola autoridad de su cargo
político sin gracia divina. Indefectiblemente la reacción de todo hombre
enfrentado a la Palabra de Dios, es negativa. Es Dios quien único puede hacer
que los pensamientos y sentimientos cambien. Por eso se dice que Dios endureció
el corazón de aquel hombre para explicar teológicamente lo que otros harían políticamente.
Es Dios quien pudiera manejar esas
piedras.
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