Peticiones de gracia por conveniencia



Salmo 78:34-39
“Con su boca le engañaban y con su lengua le mentían”. 

O también le adulaban. Señor, yo sé que tú aborreces la hipocresía, ¿por qué entonces aceptaste un arrepentimiento fingido, interesado y mercenario como el que practicó muchas veces Israel? ¿Es que no has entendido, Israel, aun lo que es su misericordia? (v. 38).  Pero vayamos más; apruebo que haya aceptado una lisonja como una alabanza, una adulación por una confesión honorable, ¿no muestra eso cuánto ama la salvación de ellos? Aunque haya mucha deshonestidad en lo que alguno hace para recibir la gracia,  desearla, para Dios es suficiente para otorgarla aunque mire que ese deseo no sea perfecto, pero ama que lo queramos y nos otorga lo que le pedimos sin completa sinceridad.

Oh, hay veces que acuden a nuestra memoria algunos textos de la ley, aun en el Nuevo Testamento, y nos dicen que “Dios no oye a los pecadores” (Jn. 9:31), o que no concede lo que le pedimos “porque pedimos mal para gastar en nuestros deleites” (Sgo. 4:3). Sí, eso es verdad, pero tales textos tienen que ser templados con los otros muchos que hablan de misericordia; Dios también concede cosas que pedimos, pero otras que no pedimos, concede cosas a los infieles sabiendo que la usarán para su propia perdición porque prefiere “con su benignidad guiarnos al arrepentimiento”.

No hay que ser interiormente perfecto, ni completamente sincero para obtener algo del Señor, sin que yo justifique esas cosas, ¿quién siempre lo ha sido?, porque él nos lo concede todo por misericordias, porque en contra de lo que dice el hermano judío Santiago, no se ha fijado en los vaivenes de mi fe y me ha socorrido (Sgo. 1:6). ¿No has leído sobre “la oración de Manases” y cómo Dios pudo responder a un hombre sanguinario como él? Y ¿no has leído del arrepentimiento del rey Acab, como Dios se lo aceptó, aquel malvado que dio muerte junto con su mujer a tantos profetas de Jehová? (1 Re. 21:1-29). Y yendo más lejos, ¿crees que las promesas de lealtad de faraón eran sinceras? Sí, concedo que hay muchos más textos para enseñarnos que Dios no quiere oraciones insinceras, ni peticiones de gracia por conveniencia, pero, como la gracia siempre es una revelación y está escondida desde los siglos, también hay algunos casos donde se enseña que Dios, por sus misericordias acepta lo que le pedimos. Dios actúa como un Padre que acepta la lisonja de su hijo adulón porque de todos modos le quiere dar lo que le pide porque lo ama. No te olvides que cuando pides lo haces al “trono de la gracia” y ella nos concede lo que le pedimos aunque no estemos espiritualmente sanos. Otra razón, yo sé del valor que tiene un Mediador. Dios por razón de su propósito con Israel le confirió muchas cosas, pero sobre todo por Moisés, por sus intercesiones. A nosotros por nuestro Mediador, Cristo. Ni Moisés ni Cristo son hipócritas y Dios les concede lo que piden para otros. Aunque Dios tenga razón para no darte lo que le pides por la forma en que lo haces, aunque te aborrezca por lo que eres, te ama por quien te representa.

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