Pórtate como un hombre cristiano
1 Reyes 2:1-4
“Llegaron los días en que
David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo: Yo sigo el camino
de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre. Guarda los preceptos de Jehová
tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus
decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés,
para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas; para
que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren
mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su
alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel”.
En esos días cuando David
tenía que dejar este mundo dijo algo a Salomón, “esfuérzate y sé hombre” y
enseguida añadió que guardara los mandamientos de Dios. ¿No te parece raro que le dijera que fuera un
hombre, en vez de decirle: “sé buen creyente, lee mucho la ley, asiste a las
reuniones de tu pueblo, no te pierdas ninguna fiesta solemne, cuida el arca de
Dios, lee mis canciones espirituales, nos veremos aun más allá de la muerte”?
No, sólo le dijo: Sé hombre, esfuérzate joven, y madura pronto. David pensaba
en la obra de Dios, en el reino, y concerniente a eso le habló. No se
preocupó por decirle que no llorara por él, que cuidara su madre, que
administrara bien las propiedades que le dejaba, que no maltratara a sus
hermanos, etc. Su preocupación principal era el papel que Salomón tomaría en
relación con la obra de Dios. De muchas otras cosas pudieron haber hablado,
pero este fue el punto principal. Es cierto que Salomón había sido elegido como
su sucesor y esto justifica el tema de la charla. Sí, para ocuparse de la obra
de Dios tenía que esforzarse, no habría de ser cosa fácil, y ser todo un
hombre. Lo significativo es que inmediatamente le añadió que guardara los
mandamientos de Dios y todo le saldría bien.
Es que hay relación entre
las tres cosas, ser un verdadero hombre, obedecer los preceptos de Jehová y
tener éxito en su trabajo. Nota, lee, medita en el texto y lo comprobarás. No
quiso decirle que tuviera muchas mujeres y concubinas; no, lo que quiso decirle
es que fuera valiente, lo mismo que se le dijo a Josué (Jos.1:8); lo mismo que
él había escrito en su primer salmo sobre el varón que medita en la ley de
Jehová de día y de noche, que todo le saldría bien (Sal.1). Un joven demuestra
que es hombre no en que es un picaflor o un don Juan Tenorio, sino en cómo
toma la vida, principalmente en su trabajo y sobre todo en su
formación viril cristiana. Sí, mientras más cristiano sea un joven, más
hombre será. Los mandamientos de Dios no lo hacen menos hombre sino realmente
lo que es serlo. A nuestro Señor se le llamó “el Hijo del Hombre”, aunque es un
título divino, porque realmente era un hombre. Y Pablo le dijo a los hermanos
corintios: “Estad firmes en la fe, portaos varonilmente y esforzaos” (1Co.16:13).
Se incluye a las corintias. No que fueran “marimachas” sino fuertes y
valientes, verdaderas mujeres, porque el evangelio hace de las mujeres,
verdaderas mujeres. Si te formas como cristiano, si estás firme en la fe, si te
portas como un hombre cristiano y no carnalmente como lo hacen los que
no tienen el Espíritu de Cristo, todo te saldrá bien.
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