Jesús no disertó sobre los cedros ni el hisopo


1 Reyes 10:1,7-8,24
“Oyendo la reina de Saba la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles. Pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad; es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído”.

Saba, o “reina del sur”  (Mt.12:42), “probablemente se refiere al suroeste de Arabia, posiblemente a la parte este de la moderna Yemen, aunque hay una antigua tradición reflejada en Josefo que identifica el lugar con Etiopía” (NET).

“Vino la reina de Sabá con preguntas difíciles”. Todo este capítulo parece indicarnos que este esplendor extraordinario era el resultado de la sabiduría de un rey. La reina de Sabá era una mujer amante de la cultura y adicta a libros; aunque rodeada de sabios, no había podido hallar respuestas a muchas interrogantes que tenía, entonces decidió visitar aquella enciclopedia viviente que se llamaba Salomón. Quedó tan satisfecha con las respuestas que extrajo e hizo el comentario que la fama que había oído de él en su país no era ni la mitad de la realidad que veían sus ojos. Este fue un viaje cultural, que fue el que alabó el Señor (Mt.12:42). Las molestias, contratiempos y gastos, pues los presentes que llevó fueron muchos y valiosos (v.10); el tiempo no fue perdido ni el dinero mal gastado por razón de lo que aprendió y lo que pudo llevarse de regreso (v. 13). Su deseo de aprender y su curiosidad fueron los móviles principales que la condujeron a lanzarse a tan largo viaje, pues no creía lo que veía (v. 7). Cuando tuvo contacto con la realidad quedó asombrada (vv.4,5).

Si tienes preguntas difíciles, vale la pena que hagas un viaje similar a quien es más que Salomón, Jesús. Mucho de lo que aquel viejo rey enseñó ahora tú lo puedes aprender en las universidades (4:31-34), o leyendo los escritos suyos en el canon bíblico. Levántate, ve a Jesús con preguntas difíciles tales como: “¿Es lícito dar  tributo al César?”.  ¿Habrá resurrección de los muertos, cómo serán sus cuerpos? ¿Puede Cristo perdonar pecados? ¿Cómo será su segunda venida, qué señales habrá? Verás que es imposible exagerar la sabiduría y los conocimientos de Jesucristo. Quizás no halles al Profeta de Nazaret disertando sobre los cedros del Líbano, los peces o sobre el hisopo que crece en la pared pero podrás oírle sobre cosas mayores, sobre la salvación, la creación del mundo, la indisolubilidad del matrimonio, el Dios invisible, la vida, la muerte, el perdón. 

Oh Señor, ayúdame a dedicar mucho tiempo a conocer a Jesús y sus maravillosos temas, no sobre política, filosofía o ciencia humana, sino sobre el propósito de la vida, el fin del universo, el sentido de vivir, la esperanza después de la muerte, la reconciliación con Dios, que nunca piense que pierdo el tiempo en investigaciones tan importantes, ni tenga celos de los que dedican sus vidas a importantes temas de cedros e hisopos. Amén.


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