Nuestra vida la forja Dios

1 Samuel 3: 19
Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras”.

“No dejó sin cumplimiento ninguna de sus palabras”. Palabra por palabra, letra por letra, absoluta veracidad en todo lo que le prometió, no sólo en lo que le dijo, sino que cumplió totalmente su proyecto en la vida de Samuel, en su niñez, juventud, adultez y ancianidad; no vivió sólo sino acompañado por el propósito de Dios. Oh hermano, que nos entreguemos en sus manos. Estas cosas están escritas para que nuestra fe, en nuestro caso, obre. Quiere decir que no dejaba caer ninguna palabra en tierra, no estaba dejando caer ninguna palabra en tierra aunque a veces Samuel no entendiera lo que le pasaba. Nuestra vida la forja Dios. A veces queremos saber todo lo que Dios ha planeado o está planeando con nosotros; y Dios no tiene que darnos un informe total de su proyecto, nuestra es la disposición de pedir sabiduría para poder entenderlo todo, si fuera posible, de cabo a fin y vivir tranquilos y conformes con la certeza que estamos dentro de un proyecto magnífico cualesquiera que sean las venturas y desventuras, los vientos que soplen en un sentido o el otro; las misericordias de Dios son continuas y el plan se desarrolla. Sepamos o no sepamos su plan, hay uno. Y no venga nadie a decirnos cuál es.

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