Ponte allí
2 Samuel 18: 19-30
"Y el atalaya volvió a
decir: Me parece el correr del primero como el correr de Ahimaas hijo de Sadoc.
Y respondió el rey: Ese es hombre de bien, y viene con buenas nuevas ". "Y
el rey dijo: ¿El joven Absalón está bien? Y Ahimaas respondió: Vi yo un gran
alboroto cuando envió Joab al siervo del rey y a mí tu siervo; mas no sé qué
era. Y el rey dijo: Pasa, y ponte allí. Y él pasó, y se quedó de pie".
“Pasa
y ponte allí”; y se quedó de pie sin ningún recado porque nada tenía que decir.
Si no tienes nada que decir de tu salvación, de Cristo, del amor divino,
entonces “ponte allí”; pero si traes tu mensaje, si conoces la gracia, la
misericordia y el amor de Dios, habla y
no calles. Si no tienes un mensaje importante ¿para qué correrás? No
entretengas, predica cosas importantes y “las mejores pertenecen a la
salvación” (He. 6:9). ¿No es eso agotamiento por gusto, gastar fuerzas en vano,
disipar energía sin provecho, como “golpear el aire”? (1 Co. 9:26). No sudes en
vano. Espera que te den el mensaje y te autoricen a correr, no corras sin autorización, obedece al mandato de
Dios.
Si quieres correr porque
siempre has corrido, corre, pero no tendrás nada que decir aunque lo sepas, si
tú no eres el designado para llevar el mensaje estás obligado a quedarte
callado. Eres mensajero de buenas nuevas, hijo de Sadoc el sacerdote, y hay
noticias malas que las deja Dios para otros como este etíope. Tú tienes una
comisión especial. No es hablar por hablar sino lo especial que quiere Dios que
digas. No es predicar sino tener un mensaje de Dios. Tu reputación como
mensajero reposa en la clase de mensaje que llevas y la gente desde que ve que eres tú, el que viene sabe de antemano
que sus oídos escucharán buenas noticias.
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