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miércoles, 14 de agosto de 2013

Jesús nunca nos pierde de vista


Hebreos 6:18-20
"...donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec, sumo sacerdote para siempre". 

 Pablo diría que Cristo es "nuestra esperanza de gloria" (Col.1:27) pero el autor de Hebreos dice que él se dirige adonde se halla nuestra esperanza. Es el "precursor", porque para este hermano Cristo es un sacerdote celestial y oficia en el cielo por nosotros (8:1,2). Fue delante, allá vamos nosotros hacia detrás del velo, a la diestra "de la Majestad en las alturas". Señor Jesús yo quiero que tú seas mi único sacerdote para siempre porque te ofreciste por mí. Padre, confío en tu palabra, sé que no mientes, es imposible que lo hagas por tu propia naturaleza santa, porque has dado tu palabra que se corresponde con tu carácter santo y porque has dado señales indubitables de querer salvarnos, principalmente entregando por nuestros pecados a tu Hijo amado. Muchos deseos tiene el autor para que sus hermanos sigan a Jesús hasta allí y que tengan paciencia en las tribulaciones. Esa expresión "por nosotros", indica que la razón por la cual entró a ese lugar, al cielo, éramos nosotros. Jesús nunca perdió de vista que estaba salvándonos. Y no lo hará jamás.

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