Jesús nunca nos pierde de vista
Hebreos 6:18-20
"...donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho, según el orden
de Melquisedec, sumo sacerdote para siempre".
Pablo diría que Cristo es "nuestra esperanza de
gloria" (Col.1:27) pero el autor de Hebreos dice que él se dirige
adonde se halla nuestra esperanza. Es el "precursor", porque para
este hermano Cristo es un sacerdote celestial y oficia en el cielo por nosotros
(8:1,2). Fue delante, allá vamos nosotros hacia detrás del velo, a la diestra
"de la Majestad en las alturas". Señor Jesús yo quiero que tú seas mi
único sacerdote para siempre porque te ofreciste por mí. Padre, confío en tu
palabra, sé que no mientes, es imposible que lo hagas por tu propia naturaleza
santa, porque has dado tu palabra que se corresponde con tu carácter santo y
porque has dado señales indubitables de querer salvarnos, principalmente
entregando por nuestros pecados a tu Hijo amado. Muchos deseos tiene el autor
para que sus hermanos sigan a Jesús hasta allí y que tengan paciencia en las
tribulaciones. Esa expresión "por nosotros", indica que la razón por
la cual entró a ese lugar, al cielo, éramos nosotros. Jesús nunca perdió de
vista que estaba salvándonos. Y no lo hará jamás.
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