No machaques el honor ganado de un siervo de Dios
1 Tesalonicenses 2:1-4
“Porque
vosotros mismos sabéis, hermanos, que nuestra visita a vosotros no resultó
vana; 2 pues habiendo antes padecido y sido ultrajados en
Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el
evangelio de Dios en medio de gran oposición. 3 Porque nuestra
exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, 4 sino
que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así
hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros
corazones”.
Constantemente las epístolas de
Pablo nos lo presentan defendiéndose, teniendo que dar explicaciones sobre las
calumnias que le echaban encima. Cualquiera hubiera dicho, “Pablo se está
justificando” cuando realmente lo que estaba haciendo era defendiéndose, por
bien del evangelio, porque con su prestigio el evangelio vivía o moría.
Desacreditándolo a él el efecto del mensaje sería nulo.
Fuera ya de Tesalónica, los
enemigos de Dios se apresuran para atacarlo por las espaldas y hasta sus oídos
llegaron las infamias que comentaban y urgía que él diera, cuantas
explicaciones pudiera. Le acusaban de errores (v.3), “nuestra exhortación
no procedió de error”. Negaban
categóricamente que sus enseñanzas fueran ciertas, decían que su doctrina
estaba equivocada, que la de ellos era la verdadera, y de muchas maneras se
esforzaban en encontrar desacuerdo e inconsistencia, con la ley de Dios o con
la razón humana, o con lo que decían los otros apóstoles, y eso contra el
evangelio que él predicaba. Los más condescendientes decían “está engañado y
engaña a otros, cree mentiras y las enseña”. ¿No asustaría esto a los neófitos
poniendo en dudas lo que habían recientemente aprendido? ¿No pondría lejos de
la iglesia aquellos que podrían salvarse? El daño que hacen los ignorantes
cuando acusan a los hombres sabios, de enseñar doctrinas equivocadas y
suministran a los inconstantes libros y argumentos para contradecirlas, es
funesto. A partir de ese entonces nos oyen con suspicacia, nos atienden con
reserva, minan nuestro prestigio como maestro, exégeta, y socavan nuestra
autoridad.
Le acusaban de impureza,
“ni de impureza”. Aquí las
opiniones están partidas. Algunos entienden que le achacaban inmoralidades
sexuales como a otros paganos, y otros piensan que se trata de impurezas de
motivos, porque según ellos, él con ansias de codicias predicaba, para
desposeerlos de sus propiedades. Que era un ambicioso que por intereses personales
traía aquellas doctrinas para sacar rápida y segura ventaja de los incautos que
las creyeran. ¿Hay algún ataque compartido más vil que éste para romper para
siempre cualquier carrera ministerial? ¿Cómo puede uno probar que no es cierta
aquella inmoralidad que le han atribuido cuando el castigo físico de esas
lenguas venenosas parece que Dios lo deja para el día del juicio? En Tesalónica
había muchas mujeres nobles que habían creído y aquello daba pie para que los
calumniadores dijeran que se congregaban junto al apóstol no por el mensaje de
salvación sino porque compartían con él ritos inmorales.
¿Y qué diremos de los que
acusan a los apóstoles de motivos terrenales y de hacer del evangelio un
negocio lucrativo, y de que ganamos prosélitos para aprovecharnos del
substancioso pan que poseen? La última acusación, de engaño (dóloi),
está conectada a las anteriores. A todo eso Pablo afirma que su exhortación
(paráklesis) no tuvo ninguno de esos orígenes. Podía haber dicho, “mi evangelización”
o “mi predicación” porque les exhortó una y otra vez a abandonar
aquellos vicios e idolatría y se convirtieran a Dios.
Pero la defensa de Pablo no
consiste sólo en negar simplemente lo que le atribuyen, da razones fuertes para
que ellos analicen las difamaciones. Cuando oímos una calumnia o algo
injustificable de un ministro no podemos apresurarnos a tomarlo como cierto
dándole la razón a quien nos lo cuenta. La razón para actuar con semejante
prudencia está basada en el honor ganado por ese siervo de Dios. Un hombre
que por años ha sido fiel, cuya conducta no ha tenido jamás alguna mácula y que
su trayectoria está acompañada de éxitos innegables, es merecedor que eso le
sea tomado en cuenta antes de dar crédito a alguna crítica de su persona. Al
contrario, más bien debemos oír con suspicacia al que las hace, ¿por qué?
Porque se está oponiéndose al honor ganado en una vida de luchas y combates por
Cristo y rara vez es merecedor que se le trate como a un cualquiera, y a veces
por personajes desprovistos de cualquier marca de Jesucristo, que no son ni
siquiera un séptima copia al papel carbón de quienes hablan mal. Ahora vayamos
al análisis de cómo se defiende un ministro difamado.
La bendición que ha sido para
ellos. Pablo dice que su visita a
los tesalonicenses no resultó vana
(v.1). La idea es que no llegó a ellos con las manos vacías, cuando el poder y
la gracia de Dios se manifestaron precisamente en el cambio que se había
operado en las vidas de ellos. Un argumento poderoso que tenían para no creer
aquellas mentiras era éste: “Pablo ha sido una bendición en mi vida, Dios me ha
hablado por medio de él, me ha llamado y me he convertido por su mensaje”.
Cada vez que alguien vaya a
criticar a un ministro convénzase bien que lo que dice es cierto porque le
puede pasar como a María la hermana de Moisés, serle imputado como un pecado.
Hay congregaciones que se olvidan lo mucho que Dios ha usado sus ministros y lo
critican tanto que son ellos mismos, sus propios hermanos y hermanas, y no el
mundo, los que estrangulan su ministerio.
Cuando oímos que un ángel caído
critica a un arcángel santo si lo que dice es grave, rechacémoslo de plano y si
son fruslerías de poca monta, cuestiones interpretativas, de palabras, de
carácter, no le demos ninguna importancia. Dejemos que el Señor sea el juez del
testimonio de sus ministros. Cada tesalonicense podría haber argumentado a
favor de Pablo diciendo: “La vida de ese hombre en la mía no ha sido sin
provecho”
La sinceridad y esfuerzo con
que desarrolla su ministerio. Pablo
dice, “pues habiendo padecido en
Filipos, os anunciamos el evangelio de Dios en medio de gran oposición” (v.
2). Podía haberse tomado un descanso, tomarse tiempo para sanarse de sus
heridas, las cuales le hicieron en Filipos. Pero su carácter estuvo incólume,
su moral alta. Las condiciones en Tesalónica no fueron más favorables que las
que halló en Filipos. ¿Puede ser un engañador aprovechado y un impuro, tan
arrestado? ¿No hubiera buscado una situación más propicia? Precisamente la
valentía suya, el coraje, el arriesgarlo todo a cambio de nada, ¿actúan así los
engañadores? ¿Es impuro porque le aman las hermanas de Tesalónica? Para pecar
con ellas no tenía que exponer su vida. La sinceridad y constancia de su
ministerio era una razón poderosa para confrontarlas con las calumnias que
sufría. Así no actúan los que hacen de la religión un negocio.
La aprobación divina hecha
manifiesta. Pero sobre todo ello, hay
algo que es más que suficiente para evaluar a un ministro en la mente de
aquellos que sinceramente aman a Dios y su obra, la aprobación divina, “según fuimos aprobados por Dios para que se
nos confiase el evangelio”. Si un hombre evidentemente da señales que
Dios lo ha aprobado en su trabajo, ¿cómo recibir con ligereza cualquier
comentario negativo que de él se escuche? ¿Bendice el Señor a los farsantes? ¿Acompaña
con el envío de su Espíritu a instrumentos de impurezas y llena de fuego
celestial a corazones codiciosos de ganancias deshonestas? Si Dios aprueba una
vida, ¿tienen razón a los que él no les gusta? ¡Qué nos importa hermanos, si no
logramos pasar la prueba del tribunal humano si Dios nos aprueba! Si Dios nos
ha confiado el evangelio es que tiene razones más altas que los que nos
desaprueban por aquí y por allá.
Y por último es bueno que
rematemos estos comentarios con una razón general que explica todo lo
anterior. Pablo va al grano y nos ha dejado una razón abarcadora que
explica por qué lo difamaban tan atrozmente, porque no hablaba para
agradarles a ellos. “Así hablamos
no para agradar a los hombres, sino a Dios que prueba nuestros corazones”.
Eso mismo que está diciendo en esos momentos, no lo dice para agradarles a
ellos, no para justificarse ante los ojos de sus enemigos. ¿Qué más da? Si
asume toda esa defensa de sí mismo no es para congraciarse con los que lo
difamaban, no para que ellos variaran la opinión mezquina que se habían forjado,
y hecho que otros tuvieran de él, asume esa actitud de defensa por causa de
Dios, para agradarle a él, porque el evangelio que ha predicado y ha sido
creído entre los tesalonicenses, cae o se establece con su reputación, porque
él ha sido el arquitecto que ha puesto el fundamento.
Ni tampoco su mensaje se ajustó
a elogios humanos, adaptando la doctrina a los gustos particulares de las
personas de prestigio para sacar algún provecho de ellas o a menos no atraer
sobre sí mismo su acalorada oposición, mantuvo su postura que la circuncisión nada era, aunque con ella
le viniese la persecución; preferible a no hacer vana la cruz de Cristo. No
atribuyó ninguna eficacia espiritual a los ejercicios corporales, ni a las viandas, ni a las
sombras de la ley, ni tampoco a genealogías
interminables. Esa posición de mal gusto para el mundo, de evangélico
radical, permitió que sus escritos se perpetuaran y Dios manifestara su
aprobación, preservando su pensamiento y ministerio para la posteridad. Así que
no machaques el honor ganado de Pablo, ni de tu pastor.
Humberto:
ResponderEliminarA partir de ese entonces nos oyen con suspicacia, nos atienden con reserva, minan nuestro prestigio como maestro, exégeta, y socavan nuestra autoridad.
Para su propia perdición, pues como dijiste en la entrada de ayer, no es al enviado a quien hay que mirar sino a quien envía.
Hum,:
Algunos entienden que le achacaban inmoralidades sexuales como a otros paganos, y otros piensan que se trata de impurezas de motivos, porque según ellos, él con ansias de codicias predicaba, para desposeerlos de sus propiedades.
También podría ser porque no guardaba el sábado y vivía de acuerdo a la certeza que para los puros, todo es puro.
Hum,:
¿Hay algún ataque compartido más vil que éste para romper para siempre cualquier carrera ministerial?
En castellano hay un dicho que reza así: Calumnia, que algo queda...
Hum,:
Un argumento poderoso que tenían para no creer aquellas mentiras era éste: “Pablo ha sido una bendición en mi vida, Dios me ha hablado por medio de él, me ha llamado y me he convertido por su mensaje”.
Por eso en su apología a su ministerio con los corintios, dice que ellos -los corintios- son la evidencia que Dios está con él.
Hum,:
¡Qué nos importa hermanos, si no logramos pasar la prueba del tribunal humano si Dios nos aprueba!
Amén, pues saber que vivimos para agradar a Dios, y no a los hombres, nos da una libertad enorme, al liberarnos del juicio de los millones de jueces que nos rodean.
Hum,:
por qué lo difamaban tan atrozmente, porque no hablaba para agradarles a ellos.
Cierto, y esto es insoportable para quien gestiona las cosas de Dios como los gobernantes del mundo.
Tremenda entrada y que Dios te bendiga Humberto!
:]
Tremenda ayuda con tus comentarios inteligentes. Con ellos has mejorado mi entrada, y te doy las gracias, juventud.
ResponderEliminarSobre otras cosas. Sabes, mi país se independizó de España en 1895, fue su última colonia en América. En mi tiempoooooo, se estudiaba desde la primaria “literatura española”. Cuando viví en España, no cuento a tu Catalunya, ni al País Vasco, conocía tanta literatura y refranes como ellos mismos. Por eso sé lo que dices, que “que de la calumnia siempre algo queda….”. Y me gusta oír eso.
Abrazos (a lo hispano). Los gringos aquí son “patisecos” (petisecos).
A propósito, ¿hablas el catalán? ¿Es el “valenciano” catalán?
Humberto:
ResponderEliminarEn mi tiempoooooo, se estudiaba desde la primaria “literatura española”
En tu 'tiempo' ya existía la escritura...?
:O
Hum,:
A propósito, ¿hablas el catalán? ¿Es el “valenciano” catalán?
Por supuesto a ambas preguntas.
Hay colectivos en Valencia que niegan que el valenciano sea una variedad dialectal del catalán, pero la Academia de la Lengua Valenciana lo aforma sin reservas.
No podía ser de otro modo, el catalán se importó en la Reconquista en todas aquellas tierras ganadas al Islam por los catalanes (Valencia, Islas baleares, Franja de Aragón, etc...).
:\
Mi próxima entrada la haré en cuneiformes.
ResponderEliminarMis amigos valencianos dicen que no, que es una lengua, o idioma independiente. Desde ahora te cre a ti. En Catalunya ¿se estudia en las escuelas, en catalán o castellano, o en los dos? Supongo, por ti, que en los dos.
En algunas partes de Galicia oí que no hablan bien el castellano. No sé si pasa lo mismo en el País Vasco. Dice Víctor Hugo que la lengua vasca es milenaria.
¿Sabes que yo hablo el castellano con la “s”? Como todos los hispanos de América. Creo que lo saco de alguna parte de Andalucía, que sesean o de los canarios. Mi nuera habla con la z.
Humberto:
ResponderEliminarMi próxima entrada la haré en cuneiformes.
LOOOOOOOOOOOL! :D
Hum,:
Mis amigos valencianos dicen que no, que es una lengua, o idioma independiente.
Me temo que tus amigos valencianos se hacen eco de los postulados nacionalistas españoles, por tanto, dile a los susodichos que pregunten al respecto a los académicos de la Lengua Valenciana.
Hum,:
¿se estudia en las escuelas, en catalán o castellano, o en los dos? Supongo, por ti, que en los dos.
La lengua oficial de la enseñanza en Catalunya es el catalán, pues como el castellano es predominante en casi todos los ámbitos de la vida, esa es la única manera que los niños salgan de las escuelas dominando ambas lenguas.
Hace poco la comisión europea, a instancias de una catastrofista petición de grupos nacionalistas españoles, analizó el sistema de enseñanza catalán.
Su conclusión fue que los niños catalanes tenían un nivel de proficiencia del castellano, exactamente igual que en otras áreas del estado.
Lógicamente esto no agradó a los nacionalistas españoles, y siguen erre que erre, pero allá ellos con sus luchas mundanas.
Hum,:
En algunas partes de Galicia oí que no hablan bien el castellano. No sé si pasa lo mismo en el País Vasco. Dice Víctor Hugo que la lengua vasca es milenaria.
Pasa lo mismo en algunas regiones de Galicia, Navarra, País Vasco, Islas Baleares, etc, pues si hay algo que abunda en España son las lenguas... muy a pesar de los unionistas nacionalistas españoles.
Hum,:
Mi nuera habla con la z.
Yo hace años hablaba con la Z, pero apenas respondía a mis preguntas...
Desde entonces solo hablo con la T, la H y la J.
Son más simpáticas y no tienen tantos problemas de identidad.
:\
Dios te bendigaaaa!
Gracias catalán por la buena información. Nuestro idioma, además de romántico es muy hermoso y flexible. Es gran cosa tener amigos cultos como tú. Bendiciones.
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