Soy como un grano de arena que Dios conoce
Job 9:16-18
“Si
yo le invocara, y él me respondiese, aún no creeré que haya escuchado mi voz”.
Eso mismo yo pienso cuando ruego a Dios. Siendo uno tan
pequeño y tan insignificante, y habiendo en el mundo tantos millones y millones
de gente importante que ocupa puestos relevantes en la sociedad, ¿cómo es que
Dios va a atender la débil oración de una persona como yo? Juzgado por el
número de personas que hay en este mundo, el sinnúmero de problemas, ¿cómo es
que Dios va contestar las insignificancias de nuestras cuitas y sufrimientos?
Sin embargo así es, y eso nos maravilla.
No hay nadie tan pequeño en este mundo que
Dios no lo vea mi asunto tan intrascendente y banal que Dios no sepa que
existe. Su providencia está informada de las grandes cosas y de los
pequeñísimos detalles, de los grandes montes y de los pequeños promontorios, de
las grandes rocas y las pequeñas piedras lisas del campo. De los blogs de los
famosos y de uno pequeño llamado “mis libros y pergaminos” y lo que en él se
escribe. El conoce a los célebres como a
los anónimos y los famosos, los poderosos y los débiles, los ricos y los
pobres, los sanos y los enfermos, la viuda, el huérfano, el
victorioso y el que ha sido derrotado, el que duerme y el que vela.
A veces hablamos a Dios y él nos responde y
después nos asombra que lo haya hecho. ¡Es porque no esperábamos la respuesta!
La pedimos ardientemente, la suplicamos con el corazón y cuando Dios responde
nos quedamos asombrados que nuestra
oración haya sido respondida. ¿Habrá sido verdad que me oyó? Dios me ayude a pensar más y más que mis oraciones son bien atendidas y resultan eficaces, que tienen
algún poco de fe por cuanto Dios las recibe. ¡Aleluya! ¡Amén! (Ver lo mismo en
Sal. 126: 1; Luc. 24:41; Hch. 12: 5; 12-16). Job cree que porque Dios le ha
tratado mal nunca le va a responder sus oraciones, y en eso se equivoca
completamente (v.17). En resumen, somos como un grano de arena en la playa, y
Dios sabe cuál.
Cuando leí este post, me recordé de un himno antiguo que decía: "Un grano de arena, yo fui en el desierto, un grano de arena, antes era yo, más ya soy llamado un hermoso templo..." Es increíble lo que Dios puede realizar en una vida dispuesta a rendirse a Él.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo desde el Puerto de Veracruz!!!
¡Gracias por ese saludo marítimo! El agua de mar me trae muchos recuerdos y el saludo de Veracruz me los trae a los tiempos de mi juvenil memoria. Gracias por tus tan limpios y cristianos saludos. Dios bendiga a tu preciosa familia la cual siempre está involucrada en lo que dices, porque la amas.
ResponderEliminarSaludos de mi capital blessing, es decir, mi mujer, como decía el gran comentarista bíblico, John Gill, refiriéndose a su esposa. Mi mujer es la mitad de mi vida, la mejor mitad, y cito ahora a Miguel Delibes.
¡Qué tierno su comentario, hermano Humberto! Y bueno, me hace recordar también lo que decía Ezequiel acerca de su esposa. El Señor le continúe bendiciendo como sacerdote y cabeza de su hogar y también a mi amado esposo.
ResponderEliminarDios bendiga tu hogar,Isa.
ResponderEliminar