Comprométete con la historia de la iglesia
Génesis 41:55-57
“55 Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo
clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced
lo que él os dijere. 56 Y el hambre estaba por toda
la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a
los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto. 57 Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por
toda la tierra había crecido el hambre”.
Dios no le dijo a
José que compartiera su plan económico con el pueblo porque deseaba bendecirlo
más que a los egipcios, tenía en mente la gloria de su nombre. No son sólo benefactores
y filántropos, buenos gobernantes y economistas los que Dios quiere, sino el
triunfo de la fe, de la verdad, de la iglesia y de su pueblo; el reconocimiento
de su soberanía, de su bendición. Dios quiere antes que el mundo vaya a
prosperar y que tenga seguridad económica, primero que el evangelio esté
encumbrado y tenga la preeminencia. Mejor que aparecer en los anales de la
historia de los hombres, es trabajar por el desarrollo de los proyectos
divinos, comprometerse con la historia de la iglesia.
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