La noche anterior a un sermón
Éxodo 19:15
“Y
dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis mujer.”.
Esto
es enfático, “no toquéis mujer”. Es
instintivamente fácil que en las relaciones matrimoniales, con el amor marital
se mezcle el pecado, y para evitar eso, se le prohíbe tocar a la esposa la
noche antes (ver 1Sa.21:4,5). Compárese con el v.10 y mira lo que dice a los
sacerdotes (v.22). Todo es una preparación espiritual para oír la voz de Dios,
o para predicarla; lecciones para ir al servicio del domingo; no sea que
comiendo, bebiendo y disfrutando, antes y después de oír la Palabra, se peque
contra Dios y se entristezca al Espíritu (1Co.10:31). Lee hasta el final del
capítulo.
Dios
no quiere cerca de sí a nadie que no esté espiritualmente preparado. Pero eso
no es lo único. La comunión con Dios es un privilegio; Dios señala a quien
quiere tener cerca. Es cuestión de llamamiento. Moisés tenía el buen deseo de
llevarlos a todos a que contemplaran aquella experiencia (v.17). “…y Moisés
sacó al pueblo para recibir a Dios”, es una expresión muy bonita. Yo quiero
Señor para tu pueblo las experiencias que tengo contigo. La noche anterior a un sermón debe ser una
noche de santificación, y si entre cónyuges hay relación, que no profanen la
santidad del cuerpo y del espíritu, y el Señor no escuche ni vea algo
indecoroso porque el deseo aunque tiene la aprobación divina, es una necesidad
adámica que necesita vigilancia.
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