Los pecados no son defendibles sino confesables, perdonables
Job 9:15
“Aunque
fuese yo justo, no respondería; antes habría de rogar a mi juez”.
No es que reserve para Dios el derecho a no responder
preguntas sino que llega a la conclusión que es mejor rogar que
interrogarlo o discutir con él. La palabra rogar también se puede traducir
suplicar, pero su primer significado es inclinarse,
como lo hace en reverencia un siervo ante su amo o un adorador ante su Dios. Lo
que Dios hace es perfecto y por ende tiene que ser humanamente contradictorio
y no somos capaces de comprender sus acciones o entender sus respuestas.
¿Te
crees justo y no estás de acuerdo con Dios y piensas que has sido maltratado?
Más provechoso será que ruegues a que discutas, porque él puede invertir las
cosas, hacerlas retroceder, aun el tiempo (Isa.38:8); o puede pararlas,
como hizo con el sol en Gabaón (Jos.10:12,13).
Dios puede cambiar lo incambiable
o darte gracia para que tengas paz de espíritu. No discutas con tu juez porque
“es el que justifica” (Ro.8:33,34), los pecados no son defendibles sino confesables, perdonables; mejor es que hables con tu “abogado” Jesucristo el
justo (1Jn.2:1). Amén.
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