El dinero de la iglesia católica y su papa
Hechos 3:6
"Pero Pedro dijo: No
tengo plata ni oro, mas lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo el
Nazareno, ¡anda!".
No parece avergonzarse por no tener dinero, ¿con qué
mantenía su familia? ¿Tan pobre que no tenía una pequeña moneda para darle al
pobre inválido? Y ¿por qué no estaba buscando trabajo, no era mejor ir a una
oficina de empleo que al templo? Porque era un ministro vocacional, consagrado
a la predicación del evangelio.
Ya la iglesia católica, que
ha puesto a Pedro como su primer papa, no puede decir lo mismo, “no tengo oro
ni plata”, sino lo opuesto, “tengo mucho oro y mucha plata”. Y tanto poder ha
desarrollado con sus negocios que cuando elige a su supremo pontífice, piensan
menos en escoger un líder espiritual que un político sagaz. Es más bien un jefe
de estado lo que eligen sus cardenales, para su poderoso Vaticano que cuenta
con embajadas en todo el mundo. Si no tuviera tanto dinero no tendría tampoco
tanto poder político. La piedad papal es la necesaria forma eclesiástica que
dispensa, el ingrediente de cohesión espiritual de la iglesia. La iglesia
romana no tiene que decir como Pedro “no tengo oro ni plata”, pero tampoco
puede decir, “en el nombre de Jesucristo levántate y anda” porque su poder lo recibe
del dinero y no del cielo.
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