La Biblia habla sin tabús


Levítico 15:1-32
“Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo…”.   
(El texto es extenso, búscalo en la Biblia)

Tabú es una palabra polinesia que significa prohibido. La idea es que ella trata de todo con desembarazo. Quizás pienses, avergonzado por la lectura de este capítulo, que ya cumplida por Jesús la ley ceremonial, este capítulo no debiera incluirse en ninguna versión cristiana de la Biblia. Si así obraras tendrías que quitar también otros pasajes similares y repulsivos quizás por otros temas. Entonces la Biblia no sería la palabra de Dios porque no tendría relación total con la vida humana. Cuando la leemos nos damos cuenta que ella y nosotros somos los mismos. Y ¿por qué no? ¿Porque es muy vergonzoso e íntimo? Sí, pero nota que no se trata con desparpajo, se cuenta con toda la normalidad de una cosa muy natural y no exclusiva de algunas personas sino frecuente entre el pueblo. En la Biblia no hay ningún tema que sea tabú. 

¿Cortarías esta página si la Biblia fuera un libro de medicina? Seguro que no. La Biblia es un libro que expone nuestras miserias y enfermedades. El texto nos ilustra en algunos sentidos.Una enfermedad sexual puede excluir temporalmente a un hombre o una mujer de su comunión ceremonial con Dios. Por causa de Dios debemos ser sexualmente normales y saludables. Normal quiere decir que se usa el sexo de modo natural porque lo contrario es condenado por la Escritura (Ro.1: 26,27); y saludable no implica una malvada inteligencia de prevención, sino que debe ir acompañada la palabra para que se lea así moralmente saludable, o sea, saludable porque se utiliza de forma que agrade a Dios (v.31).

Para las enfermedades físicas que están relacionadas con el sexo, ir al médico y para las mentalmente eróticas, ir al Señor. El Señor está atento, como a todas nuestras cosas, al estado biológico y uso del sexo (Ge.38:8-10).  Si Dios fue quien creó el sexo, tiene derecho soberano sobre él, porque no traspasó su propiedad a la criatura sino que se lo concedió al formarla. Eso lo dijo Pablo, “el Señor es para el cuerpo y el cuerpo para el Señor” (1Co.6:13). Si es el Creador, tiene autoridad para decir lo que es incesto, fornicación, adulterio, afeminamiento, homosexualidad y otras enfermedades morales relacionadas con el género. Haz que la religión de Jehová regule tu salud o enfermedad sexual, para tu bien y para su gloria. ¿Consideras que el tema es escandaloso? Tal vez pero forma parte de la vida humana.

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