El pecado al alcance de la mano


Levítico 19:23-25
Cuando entréis en la tierra y plantéis toda clase de árboles frutales, tendréis por prohibido su fruto. Por tres años os será prohibido; no se comerá”.

Se ha comentado que esta prohibición tiene que ver con el desarrollo del fruto mismo que no está adecuado para ser ingerido. Eso no tendría Dios que prohibirlo porque lo sabrían. Tiene que tener una aplicación espiritual y moral. Veamos. Plantar y no comerlo. ¿Sí? Y ¿qué comerá? ¿Teniendo los frutos y no comerlos? Sí, podría venderlos, si tuvieran compradores; regalarlos a extranjeros o dejarlos que se pudrieran.

Eran frutos incircuncisos y eso tiende a hacernos pensar en religión y no en mercado ni en la salud. Para enseñarles la abstención espiritual a contenerse que es una gran lección (1Co.9:25) y que aprendieran a tener el pecado al alcance de la mano y sin embargo no tocarlo, a estar cerca de él y no disfrutarlo (1Co.5:9); mirar lo atractivo que es y las supuestas ventajas que tiene y  no tomarlo (Ge.3). Para la obediencia debemos ejercitarnos. Con todo, Señor, no nos permitas rondar cerca de él.

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