Jesús al día sobre las noticias políticas de su país
Lucas 19:11-27
11 Oyendo ellos estas cosas,
prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y
ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. 12
Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y
volver. 13 Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y
les dijo: Negociad entre tanto que vengo. 14 Pero sus conciudadanos
le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste
reine sobre nosotros. 15 Aconteció que vuelto él, después de recibir
el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el
dinero, para saber lo que había negociado cada uno. 16 Vino el
primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. 17 Él le
dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás
autoridad sobre diez ciudades. 18 Vino otro, diciendo: Señor, tu
mina ha producido cinco minas. 19 Y también a éste dijo: Tú también
sé sobre cinco ciudades. 20
Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un
pañuelo; 21 porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo,
que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. 22
Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era
hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; 23
¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo
hubiera recibido con los intereses? 24 Y dijo a los que estaban
presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. 25
Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. 26 Pues yo os digo que a
todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le
quitará. 27 Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo
reinase sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí.
“Esta expresión es derivada conforme al estado de
cosas en la provincia de Judea en tiempos del Salvador. Judea se encontraba
bajo el dominio romano, habiendo sido conquistada por Pompeyo sesenta años
antes de Cristo. No obstante nominalmente era gobernada por los judíos, quienes
ejercían la autoridad bajo la supervisión de los romanos. Se hacía necesario
que el príncipe oh rey recibiera el reconocimiento de su reinado por parte del
emperador romano, y para que así fuera tenía que ir a Roma; o como se indica
aquí para que el recibiera el reino, quiere decir la autorización para reinar.
Esto había ocurrido varias veces.
"Arquelao, el hijo de Herodes el Grande, en
los tiempos del nacimiento de Jesús, fue a Roma para obtener la confirmación
del título que su padre le había dejado para cuando le sucediera. Herodes el
Grande, su padre, había hecho lo mismo anteriormente para asegurarse la
confirmación delante de Antonio. Agripa, el más joven, nieto de Herodes el
Grande, se desplazó hasta Roma para obtener el favor de Tiberio, y de ese modo
ser confirmado en el gobierno. Tales ejemplos ocurrían con frecuencia en ese
tiempo lo que hacía perfectamente comprensible la parábola que Jesús estaba
componiendo. Aquí este hombre noble indudablemente se refiere al Mesías, el
Señor Jesucristo que va a un país remoto para recibir el reino, esto es al
cielo a la diestra de Dios, y recibir el poder para establecer su reino entre
los hombres" (Barnes).
Jesús parece estar al día sobre las noticias políticas de su país, y aunque no se mezcla en ellas sus sermones sobre
el reino reflejan la información que tenía. Los judíos inconformes con el
reinado de Arquelao enviaron una comisión de ellos a Roma para evitar la
confirmación de éste, que cuando lo supo y regresó ordenó que fueran
ejecutados. El Señor no dice ninguna crítica política y social a esa noticia
del día sino que dentro de ese marco informativo compone la ilustración
parabólica que específicamente quiere transmitir. Las parábolas de Jesús
algunas veces tienen como telón de fondo y materia prima, la política, el poder
y el dinero. Y sobre esos tres importantes asuntos para toda la población, él
tenía su criterio.
El cuerpo de la parábola que es la entrega de dinero
metálico, oro o plata, expresada en libras latinas equivalentes más o menos hoy
a un poco más de cuarenta dólares, para poner un negocio, y concluye con un
juicio sobre el indolente (vv. 24-27); los otros versículos finales es un
retorno para enmarcar su asunto dentro del suceso de la salida de Arquelao y su
regreso. El marco sociopolítico puede ignorarse en la exposición de la parábola
y la atención ganarla toda la distribución de dones y su uso.
Jesús sabiendo que ya está cercano el momento de
"subir al Padre" (Jn. 20:17) extrajo una similitud de ese
acontecimiento político para ilustrar como quien dice, su toma de posesión
celestial, entre tanto sus discípulos quedarían encargados de sus negocios en
la tierra para lo cual cada cual recibiría alguna cantidad de dones por medio
de los cuales con inteligente desarrollo habrían de procurar el agrandamiento
del recién comenzado imperio cristiano. Así surge esta parábola sobre las
minas, similar a la de los talentos, y de ese modo con un fondo político
económico ilustra su ascenso al poder de Dios y su futuro retorno para recoger
las ganancias que hayan hecho aquellos administradores de la gracia, que él
nombró.
Cada uno tendría que rendir cuenta sobre el progreso
y prosperidad de lo que se le confió y recibiría de acuerdo a sus resultados,
como puede leerse claramente, más que pagas, exageradas recompensas hechas a saber por la entrega de ciudades
sobre las cuales ellos por medio del poder del Espíritu Santo y a través de los
dones conferidos, habrían de ejercer autoridad, ganando distritos y poblaciones
enteras, provincias y países para el Rey
ausente. Está claro y no hay que dudarlo que es un asunto de gracia recibida y
recompensas inmerecidas otorgadas por el feliz propietario del dinero puesto en
movimiento, quiere decir los dones multiplicados en trabajo arduo y sabio.
Jesús no se hace ilusiones que todos sus obreros
contratados tomarán en serio su responsabilidad sino que algunos, no por
mediocres pues dotados están sino por holgazanes, se comportarán inútilmente
como si no pudieran hacer nada para engrandecer la obra de Dios; y a los tales
los tiene en mente y les advierte con mucha anticipación que el regaño será
severo y que no admitirá ninguna excusa porque si el que menos dotado estaba
hubiera pensado un poco, o mejor dicho le hubiera importado un poco el
crecimiento de la obra de Dios, al menos podría haber puesto el dinero en manos
de otro y recibir intereses, eso es lo ínfimo que podría haber hecho, una delegación del puesto ocupado, la
búsqueda de algún otro líder que lo reemplace en esa posición y haga en su
lugar lo que él por cualquier razón personal prefirió que otro lo hiciera.
Este individuo anónimo, más que sufrir de
indolencia, según Jesús, su inercia y desinterés en la expansión de la
autoridad de su Señor, mostraba maldad y su despreocupación fue juzgada como si
hubiera sido una oposición abierta al desarrollo. Paralelo al desprecio que el
Rey le mostrará se encuentra la exclusión de su oficio y la visión de que otros
habrían de encargarse de lo que una vez estuvo en sus manos y les harán ver a
ese negligente, ya despojado te sus
funciones, como sus vivas responsabilidades son transferidas y emigran para
ser atendidas por algún colega con más entusiasmo y sentido de responsabilidad. Y toda la parabola es hecha, y es sólo imaginación, como si recordara lo que leyó en el periódico, escuchó en la radio o miró en la televisión.
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