Los milagros de Jesús son examinables
Jesús les dijo: Llenad de agua las tinajas. Y las llenaron hasta el borde. [8] Entonces les dijo: Sacad ahora un poco y llevadlo al maestresala (Juan 1:7-8).
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Observa cómo Jesús toma medidas para que el milagro sea creíble. Jesús no cargó el agua sino los discípulos ni tampoco la sacó convertida en vino, ni la llevó a donde el maestresala para que diera su opinión sobre el vino (v.8). ¿Por qué cree que lo hizo? Mi explicación es para que nadie sospechara que era un truco, que vertió el vino en las tinajas y luego lo sacó. O que llevó vino en una copa y fingió sacar agua. Si Jesús hubiera metido la mano en las tinajas hubiera dado motivo a incrédulas habladurías. Con todo y tomar esas preocupaciones los malos hombres regaban el rumor que engañaba al pueblo, “y unos decían: Es bueno; pero otros decían: No, sino que engaña al pueblo” (Jn.7:12). Y esa acusación persistió hasta su resurrección, “nos acordamos que aquel engañador dijo, resucitaré” (Mt.27:63).
Todos los milagros de Jesús son examinables o comprobables. El animaba el escrutinio de los mismos. Al leproso cuando lo sanó le dijo que fuera para que el sacerdote lo viera y testificara que estaba curado y le diera un certificado de purificación. Al oficial del rey que se le moría un hijo le preguntó, para que todos lo oyeran, a qué hora había empezado a mejorarse el muchacho, “y le respondieron: Ayer a la hora séptima se le quitó la fiebre. Y creyó él y toda su casa” (Jn.4:52-53). Creían cosas comprobables. No sagradas mentiras sino sublimes verdades.
Hoy en día no es incredulidad examinar un milagro, una oración contestada, para estar seguros que Dios fue quien lo hizo. Dios no quiere que se le de gloria por un milagro inexistente. El que protege sus milagros del examen escéptico, levanta sospechas. Jesús no fue de esos que no quieren dar informes de la salud de los enfermos que anotan como sanados, ni sus direcciones, y menos los libros financieros donde esos pícaros han anotado las ofrendas de gratitud que han recibido. Jesús no era así. Sus milagros son creíbles.
Los milagros y sanidades de la Palabra fueron:
ResponderEliminar-instantaneos
-comprobables
-con fe, y sin fe de la persona.
Por lo tanto, las sanidades y milagros de hoy en dia deben ajustarse a esos modelos biblicos, si no, no son confiables. Si una sanidad es progresiva, o vuelve a aparecer la enfermedad, o no se puede comprobar como explica Humberto en este tema....no son confiables, son trucos que usan el nombre de Jesus para atrapar a los simples.
Los "sanadores" de hoy dia, usan mucho la justificacion de que si la persona no tenia fe en el momento de la sanidad, por eso no se sano, y le echan la culpa de no sanarse a la incredulidad de la persona. ¿como es posible que en la Palabra Jesus sanara a personas que ni tenian fe en El? Muy astuto para librarse de reponsabilidad: la persona sale sin sanidad, y a la vez culpable de no sanarse. El milagrero en cuestion no es culpable de nada.
¡cuanto necesitamos mas conocimiento de la Palabra en nuestro pueblo cristiano! ¡Señor, levanta maestros en tus congregaciones que enseñen con verdad a tus hijos para que sus ojos se abran y no caigan ante estos falsos imitadores!!!
Dios bendiga tu pluma mi hermano,
Felipe Gonzalez.
Acertado tu comentario. Bueno es saber que los milagros del NT que sostienen nuestra fe, son reales y fueron comprobados. Que Dios te bendiga.
ResponderEliminarHumberto.
Pastor Humberto
ResponderEliminarExcelente la entrada. Bendito sea Dios que la obra en la cual creemos es verdad, Dios quiera despertar a muchos de los sueños de los engañadores, que con astucia pervierten el Evangelio para obtener ganancias deshonestas.
Saludos afectuosos,
I. Daniel
Tienes razón Daniel, ganancias deshonestas, y poder, y fama, con todo eso se paga la traición.
ResponderEliminarAbrazos,
h.