Más Palabra de Dios y Menos Ceremonias
Jehová habló a Moisés diciendo: "Toma a los levitas de entre los hijos de Israel y purifícalos. Así harás con ellos para purificarlos: Rocía sobre ellos el agua para la purificación; luego haz que pasen la navaja sobre todo su cuerpo y que laven sus vestiduras. Así serán purificados (Núm.8:5-7).
¡Qué simbolismo tan extraño éste!, se hacían la idea de que si se afeitaban se santificarían. Si algún levita, ayudado por el Espíritu Santo examinaba su corazón y la ceremonia, se daría cuenta que su espíritu había quedado intacto, que el cuerpo había estaba limpio pero su persona y corazón seguían siendo los mismos. Sabría que Dios tenía que considerarlo justo por su fe, y purificado en realidad no lo estaba. La ceremonia estaba dada para que leyera algo más en ella, no era por sí misma el fin sino un medio de instrucción. Todo aquel culto era como una enciclopedia de instrucciones espirituales. El hombre frente a ella podía volverse un ser ceremonioso, privado de total libertad o situarse enfrente de la letra, buscar el espíritu, y preguntarse el significado que tenía, la razón del porqué de tales mandamientos, y según fuera comparando lo que hacía con lo que era se le revelara la ley como un medio para conocer su pecado.
Siglos después el Espíritu nos enseñó que el fin de la ley es Cristo (Ro.10:4) y cuando el Nuevo Testamento se terminaba de escribir ya los hermanos habían aprendido que esas ceremonias eran algo obsoleto (He.8:13) y caduco. El hombre pecador para purificarse ante Dios no necesita más que lavarse en agua por la palabra (Ef.5:26). Cristo dijo: “vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado” (Jn.15:3). Y por el Espíritu, “mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1Co.6:11). Mientras más Espíritu tenga nuestra religión, más conocimiento del corazón tendrá y menos ceremonias necesitará, porque ellas son sombras de cosas mejores que habrían de venir. Complica tu religión con ceremonias y menos Espíritu Santo habrá en ella.
Humberto, entro por aca de vez en cuando a refrescar mi espiritu, despues de la Biblia, estos son los oasis preferidos. Gracias por escribir asi. Necesitamos mas Palabra y menos ceremonias religiosas.
ResponderEliminarSalud y bendicion en el Señor.
Su hno Felipe.
Correcto Felipe. He entrado a tu blog y es muy bueno. Bendiciones del Senor,
ResponderEliminarHumberto.