Elija una mujer de la genealogía de Jesucristo
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Lo que oyó decir de ella fue su historia triste y abnegada y le empezó a mostrar una excepcional bondad, como si se sintiera obligado a pagar con cortesías el precio que ella había contraído con dolor a la vida. Sus primeros gestos de admiración fueron los sentimientos de un amor que comenzaba a nacer. Se conocieron en el trabajo y no se olvidaron nunca. Dios hace cosas muy bonitas y buenas por los hombres; y esta joven viuda llegó a ser una de las antecesoras de nuestro Señor Jesucristo. Los nombres de las mujeres virtuosas puede hallarlos en la genealogía de Jesucristo tan larga como la iglesia cristiana, solteras o viudas, y admirables. ¿Cómo se le puede ocurrir a usted joven, elegir una moabita que no se haya convertido a Cristo? ¿Quiere casarse sin que medie la providencia? Pregúntele a Dios que conoce el corazón de todas las mujeres, cuál le recomienda y a cuál le da el visto bueno. Y sea feliz.
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