Elija una mujer de la genealogía de Jesucristo


Entonces Booz dijo a su siervo que estaba a cargo de los segadores: ¿De quién es esta joven? Y el siervo dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de la tierra de Moab (Rut 2:5-16).

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Si quieres leer una bonita historia de amor, en Booz y Rut la tienes; el Espíritu Santo ha hecho que este libro se llame Rut. Aparentemente la mala suerte (la buena providencia) la persiguió en su juventud, sin embargo un día todo cambió y halló la felicidad cuando pensaba que ya para ella eso no existía, que la prematura muerte de su marido la había borrado para siempre de su futuro y de su rostro. Dios le puso en su camino un hombre verdaderamente excelente que le dio posición, mimos y cuidados por el resto de sus días, un varón que aunque con mucho dinero, tampoco había hallado una mujer para su felicidad y permanecía soltero a pesar de sus años. Donde menos él se imaginaba encontró el amor de su vida y ella el hombre que se merecía. En el campo.

Lo que oyó decir de ella fue su historia triste y abnegada y le empezó a mostrar una excepcional bondad, como si se sintiera obligado a pagar con cortesías el precio que ella había contraído con dolor a la vida. Sus primeros gestos de admiración fueron los sentimientos de un amor que comenzaba a nacer. Se conocieron en el trabajo y no se olvidaron nunca. Dios hace cosas muy bonitas y buenas por los hombres; y esta joven viuda llegó a ser una de las antecesoras de nuestro Señor Jesucristo. Los nombres de las mujeres virtuosas puede hallarlos en la genealogía de Jesucristo tan larga como la iglesia cristiana, solteras o viudas, y admirables. ¿Cómo se le puede ocurrir a usted joven, elegir una moabita que no se haya convertido a Cristo? ¿Quiere casarse sin que medie la providencia? Pregúntele a Dios que conoce el corazón de todas las mujeres, cuál le recomienda y a cuál le da el visto bueno. Y sea feliz.

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