Fe este año 2014 para hacer cosas mayores y mejores
Lucas 17:5-6
“Dijeron los apóstoles al Señor:
Auméntanos la fe. 6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un
grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en
el mar; y os obedecería”.
Estamos a punto de comenzar un nuevo año. Una gran
oración es esa que hicieron los discípulos a Jesús. Que les le diera una fe
superior. Que en el transcurso de los días se dieran cuenta que eran menos
incrédulos. Dicho de modo coloquial, que mortifiquen menos al Señor dudando de
él. Debiéramos soñar con hacer cosas
estupendas para Dios, como hacer un árbol volar o caminar sobre el agua de una
playa. El asunto es que no trabajamos con la fe que pudiera ponerle alas a un
sicómoro o convertir el agua en un mar de cristal. Esta petición de aumento de
fe que le hicieron a Jesús no les vino del aire; Mateo establece el contexto y
surgió ante la impotencia de los discípulos para curar a un muchacho lunático
(Mt. 17:14-21). Ellos no se dieron cuenta que les faltaba fe para hacer su
trabajo sino que Jesús les reveló esa insuficiencia y les explicó por qué,
entonces le pidieron un incremento de ella, una porción extra y anexa a la que
ya tenían, a lo menos a los deseos de ser eficaces. Así dieron a entender que
ella no era un producto anímico que con reposo y buena disposición se pudiera
adquirir, no algo así como la bilis que produce el hígado ni que surge por
generación espontánea. Podrían cenar y recrearse un día entero dándole
reposo al cuerpo y entretenimiento a la mente, que podrían conseguir sentirse
mejor física y mentalmente, que ese estado biológico obtenido con descanso y
alimentos no generaría jamás un grano de fe.
Acudieron con urgencia a Jesús convencidos que ella
es un milagro relacionada con él, el Verbo de Dios. Jesús no los
complació en el momento, no extendió su mano y los tocó ni dijo alguna palabra
milagrosa que les remediara su necesidad sino que mirando para el árbol que
tenían cerca les dijo en hipérbole que si tuvieran aunque fuera una fe
pequeñísima, con ella podrían hacer grandes cosas como desarraigar aquel árbol
sin tener que excavar alrededor, traer algún tractor o excavadora, sino que sin otras manos, se alzase en vuelo, como hace
un pájaro, y se echase al mar. Es ciertísimo que con poca fe no podemos tener
mejores resultados, por mucho que se trabaje. Hace falta la implementación de
la mano divina.
La exageración pudo haberles fertilizado la
imaginación sobre lo que podrían hacer si tuvieran lo que pedían, y al final se
quedaron como estaban, sin nada más, sin poder hacer otra cosa para tener lo
que querían y además estar atentos a lo que él les iba enseñando, esperando
comenzar de una vez a sentir lo que buscaban e ir trabajando con imaginación y
probando si eran capaces de hacer para él cosas mejores y mayores según
se les aumentaba la fe y los años fueran pasando, viendo sus muchos trabajos
bendecidos.
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