Un libro para mentes inquisitivas
Juan 20:30,31
“30 Hizo además Jesús
muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están
escritas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que
creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis
vida en su nombre”.
Se está terminando el libro y su autor,
Juan, piensa que ha omitido muchísimas cosas que los evangelios sinópticos
cuentan, y que ya su volumen es suficiente amplio y comprimido como para que
quien lo examine pueda aceptar que Jesús es el camino, la verdad y la vida, la
Palabra hecha carne, que quien lo ha visto a él ha visto al Padre, y que es el
Mesías, y por supuesto Hijo de Dios. Todas esas cosas están declaradas en estos
pergaminos y el joven apóstol, si todavía era joven, estima que es una
bienaventuranza el creer a Jesús y que tal fe, dogmática e indubitable, es
suficiente para la vida eterna.
Considera que ha escrito las cosas
esenciales, y si no son tantas, se pueden leer y releer, rumiarlas e investigar
"para ver si estas cosas son así", porque el autor no escribió
solamente para deleite personal sino para compartir evidencias que corrigieran
la incredulidad de sus lectores y pasaran de ser reprobados e infelices a
bienaventurados creyentes. Los otros evangelios tienen un propósito histórico
pero éste, el cuarto, su fin es utilizar la cristología más elevada para
alcanzar a individuos pensantes en un mundo griego, y convencerlos con los
argumentos de un testigo ocular, de los sucesos que tuvieron lugar en la vida
de Jesús. Al menos los principales, lo que él considera esenciales para que
cualquier mente inquisitiva les de su
asentimiento. Su motivación es limpia y contiene la pureza que debiera tener
todo autor cristiano y todo predicador desde el púlpito, que su auditorio
obtenga la vida eterna y Dios sea glorificado.
Muy cierto este post. Es lindo pensar de qué manera termina el apóstol Juan el amado y también conocer por la historia el propósito tan maravilloso que tuvo su vida.Que todos los que seguimos a Cristo, tal como él un día lo hizo detrás de Pedro y de Cristo, podamos tener este mismo final, iluminando a otros el camino hacia el Cordero que quita el pecado del mundo.
ResponderEliminarSaludos afectuosos.
ISA, Dios siga bendiciendo tu vida espiritual que se ve siempre creciente, como una seguidora, de cerca, de Jesucristo, la verdad, el camino y la puerta de entrada a Dios. ¡Adelante!
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