No necesitas una calabacera ni bastones
Eze. 29:16
“Y no será más para la casa de Israel apoyo de
confianza”.
El pecado de Egipto fue sustituir a Dios en Israel,
sustituir la fe de Israel en Dios; y por eso el Señor lo disminuyó hasta que
fuera algo pequeño, esparcido y despreciable (v.14). Dios no quiso borrar a
Egipto del mapa porque luego con compasión lo recogió de todos los sitios desde
donde los había echado, pero los hizo retornar sin gloria ni opulencia,
completamente frágiles y humillados, buenos sólo para ellos mismos y para nadie
más. Fue aniquilado como Imperio y Nabucodonosor, rey de Babilonia se encargó
de trabajar para el Señor (v.20).
¿No tienes esa experiencia, que Dios te quite el
apoyo carnal que te sostenía? No es cosa que complazca mucho a Dios que estemos
mirando a los hombres para ver cuál de ellos nos echa una mano, sin que Dios se
los ordene y sin que hayamos acudido a él solicitando socorro. No llores cuando
Dios te priva de él, no pierdas tu esperanza y pienses que el mundo se acabará.
Dices, ¿ahora qué haré sin él? No podré subsistir si tal me falta, (dinero,
alguna persona, un puesto de trabajo, honor, alguna habilidad física). Sí
puedes en Cristo que te da de sus fuerzas. ¿No tiene él un tesoro en gloria? Si
quita de tus sienes el honor de los hombres, mejor, su lugar lo ocupará una
corona de vida. La confianza en Jehová es mejor que la del Rabsaces (2 Re.
18:19).
¿Por qué Dios me ha quitado mi apoyo? Porque era
innecesario o pecado, el brazo de carne sustituía al Espíritu, lo que se ve a
lo que no se veía, y el hombre a Dios. Ahora podrás caminar por fe y no por
vista. ¿Cuándo te ha pasado con Dios lo que con otros apoyos? Él nunca se irá
disminuyendo, ni se irá empequeñeciendo (vv. 14-15). Tú mismo, puedes irte
empequeñeciendo, y llorar como Jonás la
pérdida de la sombra de una calabacera. Dios es sobremanera grande y
suficiente y con él no necesitas más; no necesitas bastones.
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