No anticipes una derrota al Espíritu Santo


Notas para evangelizadores


Eclesiastés 11:-6

Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás. Reparte a siete, y aun a ocho; porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra. Si las nubes fueren llenas de agua, obre la tierra la derramarán; y si el árbol cayere al sur, o al norte, en el lugar que el árbol cayere, allí quedará. El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará. Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas. Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno.


11. 1

“Echa tu pan sobre las aguas y después de muchos días lo hallarás”.

Algunos interpretan esto con respecto a la hospitalidad o generosidad hacia el prójimo, en relación con las palabras del versículo siguiente (v.2). Si fuera así se trata de compartir el pan con aquellos que el NT dice que no pueden retornar el favor (Luc 14.13,14; He 13.2). Otros, y es lo que he oído desde antiguo, piensan en el sembrador que espera que llegue la lluvia para depositar la semilla en los surcos, la preciosa semilla de su cosecha y alimentación, con la esperanza que el fruto retornará (1Co 9.10). Y ese parece el sentido a juzgar por los vv.3-6; “si las nubes fueren llenas de agua sobre la tierra la derramarán…”. Fíjate que no antes que lo hayas hecho sino "después"; hazlo por el Señor, siembra sus semillas. Luego una larga espera, "muchos días". Debes tener paciencia; la oración y la espera son dos grandes lecciones del evangelismo; depende de la semilla y del terreno. Las semillas son buenas, el terreno varía.


11. 3

“Si las nubes fueran llenas de agua sobre la tierra la derramarán”.

Ora por esas nubes para que el Señor las envíe. Y si no llueve como quieres y la siembra lo necesita, pídele la tardía y si no la envía ruégale para que descienda el rocío, tal vez con ello basta y nazca. Y nadie podrá levantar un gran árbol que fue derribado, sólo Dios puede levantar a uno que ha cometido pecado. Si conoces alguno ora por él; los brazos de Dios tienen mucha fuerza y pueden alzarlo y sembrarlo de nuevo. (Ro 11.23).


11.4-6

“El que al viento observa no sembrará”.

Es uno de los mejores textos de Salomón. Muy propio para nuestra labor de sembradores de la preciosa semilla. Consejos para sembradores. Si miras las condiciones del alma, sus lamentos y pasiones, y vicios, no sembrarás la simiente preciosa de la palabra de Dios ni cosecharás sus preciosos frutos. No puedes anticiparle una derrota al Espíritu Santo porque tú no sabes cómo él trabaja; si miras las circunstancias y observas los tiempos desfavorables y la dureza de los corazones, te desalientas y no crees, y por ende el Señor no puede hacer ningún milagro con tu testimonio; observa no el viento sino a Dios, mira a sus promesas; es del Señor el resultado y no tuyo. Tú ignoras la obra de Dios; tú no sabes como Dios regenera a un pecador y como “crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta” o mejor dicho, “el viento sopla de donde quiere y oyes su sonido pero no sabes…” muchas cosas de él (Jn 3.8); sabes que es por la Palabra y por el Espíritu pero el trabajo de ambos es incomprensible. Ora con fe y trabaja con fe, aunque no sepas cómo se hace, el que lo hace sabe cómo hacerlo. El v. 6 quiere decir que exhortes a tiempo y fuera de tiempo cuando hay esperanza y cuando no. No le anticipes una derrota al Espíritu Santo.


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