Puedes usar ropa barata para ir a la iglesia o de vagabundos
"Porque
si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y vestido de ropa
lujosa, y también entra un pobre con ropa sucia, y dais atención especial al
que lleva la ropa lujosa, y decís: Tú siéntate aquí, en un buen lugar; y al
pobre decís: Tú estate allí de pie, o siéntate junto a mi estrado" (Santiago 2:1-4).
Ten en
cuenta que la primera referencia a esta epístola se tiene por Orígenes,
alrededor del año 253, y estas palabras, parecen tener en mente a
congregaciones probablemente “cristianas” por largo tiempo establecidas y con
historia en asuntos judiciales. La carta realmente no parece una carta sino una
confección de lo que pudo haber sido la predicación de Santiago, y aunque es
una aventura pensarlo, quizás fueron notas tomadas por uno de sus discípulos
oyentes.
La variedad de temas hace pensar eso y muestran un documento fracturado por asuntos. Parece
que hayan sido escritas un poco después del período paulino, cuando las
iglesias solamente se llenaban con "lo pobre y lo necio del mundo"
mientras que aún no había muchos nobles ni ricos como asistentes a las
reuniones. O como se ve parece que los destinatarios son judíos y no iglesias
gentiles. Indican las palabras un triunfo y que el evangelio estaba penetrando
las capas más altas de la sociedad. Se nota como un sentimiento de
inconformidad y de no aceptación por parte de los pobres hacia los nuevos
visitantes; acentuado por la parcialidad de algunos pastores que estaban
encantados por tener tan distinguidos oyentes en la reunión y no prestaban
atención a los que venían vestidos con ropas corrientes, o ropas de vagabundos.
No es una condena al uso de anillos, corbatas y oler bien. La ropa no importa si se llega a la reunión vestido del Señor Jesucristo (Ro.13:14); y con todo que el domingo en la bella congregación de Jesucristo cada uno se vista con decoro (1Ti.2:9) no de modo provocativo, y no importa que la ropa sea barata si está limpia y no andrajosa, si viene como el gadareno, tranquilo, bañadito, peinado, “vestido y en su cabal juicio” (Mr.5:15), de modo que los que llegaron primero le digan, “ven siéntate a mi lado”.
La variedad de temas hace pensar eso y muestran un documento fracturado por asuntos.
No es una condena al uso de anillos, corbatas y oler bien. La ropa no importa si se llega a la reunión vestido del Señor Jesucristo (Ro.13:14); y con todo que el domingo en la bella congregación de Jesucristo cada uno se vista con decoro (1Ti.2:9) no de modo provocativo, y no importa que la ropa sea barata si está limpia y no andrajosa, si viene como el gadareno, tranquilo, bañadito, peinado, “vestido y en su cabal juicio” (Mr.5:15), de modo que los que llegaron primero le digan, “ven siéntate a mi lado”.
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