Israel no linventó a Dios, Dios inventó a Israel
¿No habéis sabido lo que yo y
mis padres hemos hecho a todos los pueblos de la tierra? ¿Pudieron los dioses de
las naciones de esas tierras librar a su tierra de mi mano?”.
Todo esto para
romper la fe de Ezequías y del pueblo. Se esforzó tremendamente en la reducción
de Dios, en hacerles ver que era “un dios” como los de los otros pueblos del
mundo y que él, un hombre con poder era más poderoso que Jehová. Apela a sus
éxitos, a su historia contra el paganismo. Tú no eres Señor, un dios, los demás
son mitos, pero tú eres “el que Soy” (Ex. 3:14). No es cierto, Señor, como
dicen tus enemigos, que con la espada se impuso tu nombre a Israel y a las
otras culturas. Israel nunca ha impuesto su religión ni a Jehová a otros
pueblos. Nunca ha sido un proselitista de su religión y ni siquiera cuando
estaban cautivos en Babilonia quería compartir sus salmos con aquella gente (Sal.
137: 1). Es Dios quien se ha defendido como Único. Israel no creó a Jehová
porque no lo quería ni creía en Él. Israel prefería otros dioses. Es Jehová
quien se impuso a Israel, es Jehová quien creó a Israel no Israel a su Dios.
Eres tú Señor, y no la historia, quien ha preservado un lugar dentro del
corazón de tu pueblo. Eres tú, por medio de tu Hijo quien te ha dado a conocer
a los pueblos del mundo (Jn. 1: 18). Dios es quien se revela, él lucha por sí
mismo, se defiende, gobierna y se impone. Es él quien destruye a otros dioses
no Israel. Adoremos a Jehová, el Dios único, nuestro Padre eterno y a su Hijo
que lo ha revelado. Amén.
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