Dios puede hablar por medio de una asna o el pico de un gallo

1 CRÓNICAS 35:20-27

 ^“Después de todas estas cosas, luego de haber reparado Josías la casa de Jehová, Necao rey de Egipto subió para hacer guerra en Carquemis junto al Eufrates; y salió Josías contra él. Y Necao le envió mensajeros, diciendo: ¿Qué tengo yo contigo, rey de Judá? Yo no vengo contra ti hoy, sino contra la casa que me hace guerra; y Dios me ha dicho que me apresure. Deja de oponerte a Dios, quien está conmigo, no sea que él te destruya. Mas Josías no se retiró, sino que se disfrazó para darle batalla, y no atendió a las palabras de Necao, que eran de boca de Dios; y vino a darle batalla en el campo de Meguido. Y los flecheros tiraron contra el rey Josías. Entonces dijo el rey a sus siervos: Quitadme de aquí, porque estoy gravemente herido. Entonces sus siervos lo sacaron de aquel carro, y lo pusieron en un segundo carro que tenía, y lo llevaron a Jerusalén, donde murió; y lo sepultaron en los sepulcros de sus padres. Y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por Josías”. Mas Josías no se retiró, sino que se disfrazó, y no atendió a las palabras de Necao que eran de boca de Dios”.

Esto que voy a decir tiene que ver con otras denominaciones evangélicas y no con religiones paganas y filosofías de hombres. La salvación viene de los judíos. Jesucristo es la única verdad salvadora y la Biblia es el único libro de Dios. He preparado esta reflexión con vistas al amor fraternal entre iglesias, que no tienen diferencias doctrinales sustanciales o básicas en su credo. Por supuesto que no están incluidos los Testigos de Jehová, los Mormones, y las sectas filosóficas.

Necao era egipcio y no israelita y ¿quién hubiera pensado que Jehová estuviera hablando por la boca de faraón Necao? El rey Josías quizás pensó que eran mentiras sus palabras como las que oyó del Rabsases en tiempos de Ezequiel. ¿Quién puede creer que el Señor esté hablando por la boca de uno que no es creyente? Pero ¿no era un creyente? ¿No pudo ser un prosélito?

Yo no sé si era creyente convertido o no, pero hablaba como creyente; eso me hace pensar que no somos los únicos a quien llega la palabra de Dios (1 Co. 14:36). Hay otros que no son de nosotros a quienes Dios les habla, de sus púlpitos salen mensajes divinos; y no deben prohibírseles que pongan en jaque a Satanás como nosotros lo hacemos, por el simple disgusto que tenemos porque no pertenecen a nuestro grupo (Mr. 9:38-40); no es inteligente pensar que a los bautistas sólo Dios les ha hablado, y que Dios no puede hablarle a otros grupos cristianos porque tienen algunas diferencias con ellos; y quiero ensanchar vuestros corazones (2 Co. 6:12,13), ya que por gratitud histórica se debe pensar así; los bautistas no tienen un fundador específico pero deben mucho de sus doctrinas a grupos que no eran totalmente iguales a ellos. De los anabaptistas sacaron el bautismo por inmersión de creyentes, de Lutero, de donde provienen los luteranos, la justificación por la sola fe, a Calvino de donde proceden los presbiterianos, el énfasis en la gracia y soberanía de Dios y la providencia. ¿Entonces, nuestros púlpitos son los únicos que tienen la verdad?

Nota la forma en que Josías acogía el mensaje de Dios, de un modo inferior a Necao. Y Josías se dijo para sí y sus compañeros, “yo no me dejo persuadir por ese tipo, si Dios quisiera decirme algo me lo diría a mí directamente o por un profeta de Israel, no por medio de él”. Y ¿qué hizo? Se disfrazó. Pero no engañó a faraón ni a Dios, y una flecha tirada por cualquiera lo mató. El Señor había hablado por alguien que él consideraba, y exigía a Dios que no debía hacerlo. Si Dios quiere hablar por una asna o por el pico de un gallo, ¿quién le dirá que no? Sería sectario, y no conforme al amor cristiano ser evangélico y decir que Dios no les habla a otros porque no están en su organización, no son herejes, y mirarlos de reojos como inferiores y confundidos, decirles “apártate de mí que soy más santo que tú” (Isa. 65:5), o decir que tienen otro Dios y otro Jesús, y que no van al cielo. En resumen, nuestra denominación no salió de la nada, y como la creación del mundo, debemos mirar atrás con gratitud.