ÉXITO, AMOR, FELICIDAD, DECIMA PARTE
Historias
de la familia Real
“Entonces Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y fue su nodriza.
[17] Y las mujeres vecinas le dieron un nombre, diciendo: Le ha nacido un hijo
a Noemí. Y lo llamaron Obed. Él es el padre de Isaí, padre de David. [18] Estas
son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón, [19] Hezrón engendró a
Ram, Ram engendró a Aminadab, [20] Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró
a Salmón, [21] Salmón engendró a Booz, Booz engendró a Obed, [22] Obed engendró
a Isaí e Isaí engendró a David”.
Así le llamo al estudio porque sé que cuando un día se abra el Libro
de la Vida y se lea la historia de Jesucristo, necesariamente se han de leer
las de aquellas gentes que formaron parte de su genealogía y la adornan con su
gracia. Estamos a punto de terminar una bonita historia de amor familiar entre
Rut y su suegra Noemí, y de amor conyugal entre Rut y Booz; pienso que un
precioso adorno dentro de los ancestros del rey David. Escribiendo la historia
de Israel dieron con unos pergaminos que alguien había escrito y que contenían
la historia de la familia de Elimelec, Noemí y su nuera Rut. Ese historiador
nos dejó una joya dentro de la literatura sagrada. Estudiando la historia de
David descubrió la de Rut, oculta en su genealogía, y le pareció bella y como
un preámbulo o prefacio para introducir la vida de este gran rey. Si se
estudiaran las historias familiares de la iglesia se sacarían a la luz muchas
semejantes; familias disminuidas por la prematura muerte, viudas desamparadas
aun de sus hijos, ancianas que salieron jóvenes y con toda la familia para el
extranjero y allá en vez de encontrar una mejor vida no ganaron dinero sino
muertes y tuvieron que regresar como dijo Noemí, con “las manos vacías”. Muy
pocos de los que se van de su país regresan millonarios. Cuando se agrupa unas
cuantas generaciones se puede leer en esas familias la inexplicable y sabia providencia de Dios, pero que las desgracias
que vivieron no las hicieron abandonar a Dios y al final fueron muy bendecidas,
no comprendían lo que les había pasado, pero siguieron creyendo que Dios no
obra nada malo, aunque pensaran que Dios había dado testimonio contra ellas. Y
sobre todo se lee en la historia de ellas el poder del Pariente Próximo, como
Booz, quiero decir Jesucristo, que cuando ningún otro las pudo redimir él sí lo
hizo, murió por ellas y se casaron. La historia de nuestras vidas es la
historia de las misericordias de Dios, que introducen y adornan la historia del
Rey Hijo de David, de nuestro Redentor Jesús. Amé
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