ÉXITO, AMOR, FELICIDAD, DECIMA PARTE


                                             Historias de la familia Real
                                                 
RUT 4:16-22  
“Entonces Noemí tomó al niño, lo puso en su regazo y fue su nodriza. [17] Y las mujeres vecinas le dieron un nombre, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí. Y lo llamaron Obed. Él es el padre de Isaí, padre de David. [18] Estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón, [19] Hezrón engendró a Ram, Ram engendró a Aminadab, [20] Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, [21] Salmón engendró a Booz, Booz engendró a Obed, [22] Obed engendró a Isaí e Isaí engendró a David”.

Así le llamo al estudio porque sé que cuando un día se abra el Libro de la Vida y se lea la historia de Jesucristo, necesariamente se han de leer las de aquellas gentes que formaron parte de su genealogía y la adornan con su gracia. Estamos a punto de terminar una bonita historia de amor familiar entre Rut y su suegra Noemí, y de amor conyugal entre Rut y Booz; pienso que un precioso adorno dentro de los ancestros del rey David. Escribiendo la historia de Israel dieron con unos pergaminos que alguien había escrito y que contenían la historia de la familia de Elimelec, Noemí y su nuera Rut. Ese historiador nos dejó una joya dentro de la literatura sagrada. Estudiando la historia de David descubrió la de Rut, oculta en su genealogía, y le pareció bella y como un preámbulo o prefacio para introducir la vida de este gran rey. Si se estudiaran las historias familiares de la iglesia se sacarían a la luz muchas semejantes; familias disminuidas por la prematura muerte, viudas desamparadas aun de sus hijos, ancianas que salieron jóvenes y con toda la familia para el extranjero y allá en vez de encontrar una mejor vida no ganaron dinero sino muertes y tuvieron que regresar como dijo Noemí, con “las manos vacías”. Muy pocos de los que se van de su país regresan millonarios. Cuando se agrupa unas cuantas generaciones se puede leer en esas familias la inexplicable y sabia providencia de Dios, pero que las desgracias que vivieron no las hicieron abandonar a Dios y al final fueron muy bendecidas, no comprendían lo que les había pasado, pero siguieron creyendo que Dios no obra nada malo, aunque pensaran que Dios había dado testimonio contra ellas. Y sobre todo se lee en la historia de ellas el poder del Pariente Próximo, como Booz, quiero decir Jesucristo, que cuando ningún otro las pudo redimir él sí lo hizo, murió por ellas y se casaron. La historia de nuestras vidas es la historia de las misericordias de Dios, que introducen y adornan la historia del Rey Hijo de David, de nuestro Redentor Jesús. Amé

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hiel de Betel, mal padre

Neginot y Seminit

El altar de tierra