Aliéntate con la bondad y belleza de Dios
Jeremías 31:14
"Y el alma del sacerdote satisfaré con
abundancia". Y añade “mi pueblo se saciará de mi bondad”.
¿Hay algo más bonito que eso? Se puede traducir que mi pueblo se saciará
con mi belleza, con mi alegría. Es precioso alimentarse con la
bondad, con la belleza y con la alegría de Dios. Esas tres cosas hasta el tope. Qué bueno, Señor, que en esos momentos
pensabas en el alma del sacerdote; y ya sé, pensabas en ellos porque cuando tú
planeas bendecir a tu pueblo piensas también hacer llegar tus bendiciones a los
ministros de tu altar; haces partícipe de los bienes del alumno a el
ministro que lo instruye (Ga. 6:6).
Sí, el sostenimiento propio de las
iglesias proviene por la bendición divina sobre los miembros que la constituyen
porque el Señor les da prosperidad, y mejorando la hacienda de ellos y poseyendo
un espíritu muy generoso para la religión, animados de la convicción que la
prosperidad económica de ellos tiene que significar la prosperidad de su
congregación, ofrendan, diezman y se gozan alegremente en la entrega de sus
contribuciones. Danos Señor espíritu de privilegio para entender esta cuestión.
Amén. Y ah mi Señor, sacia a tu pueblo con tu bondad, tu belleza, con tu alegría
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