Y ¡Viva la democracia! ¡Ups!
(Reedición)
Oseas 7:3
“Con su maldad alegran al rey y con sus mentiras
a los príncipes”.
Les importaba más su rey que Dios, el gobierno más
que la iglesia y la política más que la Biblia. Jeroboam levantó dos altares de
adoración fuera de Jerusalén, y el pueblo lo siguió. Acab añadió a eso la
adoración a Baal y por complacerlo la gente siguió su nueva teología. Y Jehú
anduvo en los pecados de Jeroboam e Israel hizo lo mismo. Se cumple lo que dice
pablo en Ro 1.32 que no sólo hacen cosas dignas de muerte sino que disfrutan
con los que la hacen. El rey se alegra con el pecado de su pueblo y los
príncipes con su hipocresía que es otra traducción de la misma palabra
mentira.
Así van las cosas entre la gente y particularmente
los sacerdotes ungidos y predicadores entran en el juego de la política de
conveniencia, volviéndose por dinero y posiciones, fanáticos de gobiernos
perversos que en médula y huesos son anticristianos y no hacen esfuerzos para
esconder el desprecio que sienten hacia Jehová, y aunque anden apuraditos
inventando leyes para pervertir el cristianismo y apretándoles el cuello a las
iglesias la gente socarrona les sonríe, les hace propaganda y los eleva a la
primera magistratura del país, y anuncian sus nombres, caras y programas, en
sus autos y domicilios. Y ¡viva la democracia! que embobada también suele
elegir sus tiranuelos socarrones que adquieren por la anuencia de la mayoría, un poder sin límites para regimentar nuestras vidas, desde lo que comemos, bebemos y vestimos hasta lo que pensamos.
Todo si la economía les mejora un poco; no les
importa la apostasía y negar a Dios. Y cierran los ojos si ven a Jesús vestido
de rojo y golpeándolo con una caña en la frente, con tal que sus bolsas se
vayan llenando de plata; porque si deméritos en periódicos y radios, cine y
televisión van y vienen contra la religión, llega un momento que ella no vale
más que treinta monedas. El mal rey soborna liberales de la teología que se
adueñan de la revelación y venden la verdad, ungen homosexuales y lesbianas
para el púlpito, les dan hurras a los abortos, persiguen a los que tengan
principios, y meten en cintura la ortodoxia cristiana dentro de la filosofía política,
y de ese modo van corrompiendo a trochemoche la moral del Señor y le dicen al
pueblo santo que omita la revelación y salude a los cambios de los
tiempos que son hartos convenientes.
Y el pueblo de nuevo embaucado dice ¡viva el rey y
viva Cristo!, y enyugan a dos que no pueden ser compañeros, quieren que camine
junta una pareja que no está de acuerdo, y ponen más esperanza en un rey impío
que nombraron como líder y redentor, que en un Dios bueno, en las mentiras
dichas dentro y fuera de la nación que en las predicaciones bíblicas que se
oyen todos los domingos en las iglesias. Les importa más el
gobierno que las iglesias. Y ¡Viva la
democracia! ¡Ups!
Comentarios
Publicar un comentario