El matrimonio de Martín Lutero y Halloween (Parte II)
"Toda la institución del matrimonio fue encerrada por Lutero dentro del marco de las relaciones de la familia. Para él no había espacio en cuanto al ejercicio de un desenfrenado individualismo. La pareja debe ser formada por las familias; por supuesto que los padres no deben forzar a los hijos a una unión que resulte repulsiva, sin embargo tampoco los hijos debido a que se infatúen resistir a las razonables elecciones hechas por los padres y los ancianos. Esta definición del matrimonio está tomada directamente de la Edad Media, tiempo en el cual el sacramentalismo católico y una sociedad agraria hacían del matrimonio una institución que perpetuara la familia y la preservación de las propiedades. La romántica revolución del Cortejo de Amor en Francia fue al principio algo extra matrimonial, y una combinación del romance y matrimonio y se efectuó solamente durante el tiempo del Renacimiento.
"Para todos estos asuntos Lutero era un completo extraño. Su ideal fue Rebeca, quien aceptó su esposo por haberlo escogido la familia. Según su opinión Jacob no hizo bien porque después de haber recibido a Lea, la cual le dio hijos, trabajó siete años por la cara bonita de Raquel. Lutero aceptaba contento sus errores porque ellos probaban que la salvación se recibía por medio de la fe y no por obras. Pero en cuanto este asunto Lutero siguió el punto de vista medieval y en otros aspectos no, como es el caso de su rechazo a la virginidad y abstinencia como un ideal. Debido a este concepto suyo se abrió el camino para el romanticismo y el refinamiento del matrimonio.
“Pero el efecto inmediato fue más bien contrario. En las primeras polémicas de Lutero el matrimonio fue reducido al aspecto más elemental de una unión física. Para rechazar la interferencia eclesiástica en este asunto él insistía que la relación sexual es tan necesaria para la pareja como lo es de inevitable el comer y el beber. Los que no tengan el don de continencia deben casarse. Rechazar esto es preferir la fornicación al matrimonio. Con todo, hay que evitar la equivocación y pensar que Lutero creía que la castidad externa es imposible. Lutero aseguraba que para los que no pueden vivir solteros la intensidad de esos deseos se convierten en un tormento y por esa razón el matrimonio es mucho más puro que vivir en un monasterio.
“Después de su boda el énfasis que le dio el matrimonio cambió, y comenzó a pensar que éste consistía en una escuela para el carácter. En este sentido rechazó la soltería y el estado monástico como lo entendía la iglesia católica, que era el asegurarse con esa virtud el camino al cielo. La madre lleva la parte más crítica del matrimonio. Pero el padre puede colgar los pañales aunque esto asombre a los vecinos. Y dijo, que se rían, Dios y los ángeles sonríen en el cielo. Éstas fueron palabras suyas: "Toda mi vida es paciencia, tengo que tener paciencia con el Papa, con los herejes, con mi familia y con Katie"." (Here I Stand, Rolland H. Bainton, pags. 307-309).
Pasar la noche del 31 de octubre, leyéndole a los chicos de la casa, la Reforma Protestante, es mejor que enviar los niños afuera, con calaveras y calabazas, a recoger golosinas de los vecinos con la frase de horror treat or trick, claro, si es que papá y mamá no tienen telarañas en la cabeza. No se ofenda, por favor.
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