Los dos ladrones: una sorprendente conversión a Cristo
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Entonces
fueron crucificados con El dos ladrones, uno a la derecha y otro a la
izquierda. [39] Los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza [40] y
diciendo: Tú que destruyes el templo y en tres días lo reedificas, sálvate a ti
mismo, si eres el Hijo de Dios, y desciende de la cruz. [41] De igual manera,
también los principales sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos,
burlándose de El, decían: [42] A otros salvó; a sí mismo no puede salvarse. Rey
de Israel es; que baje ahora de la cruz, y creeremos en El. [43] En Dios
confía; que le libre ahora si El le quiere; porque ha dicho: "Yo soy el
Hijo de Dios." [44] En la misma forma le injuriaban también los ladrones
que habían sido crucificados con El.
Quiero
presentar a dos hombres cuyos historiales son idénticos, los dos son ladrones,
uno retrata una maravillosa operación de la gracia para la salvación y el otro
un caso común de endurecimiento. Un
caso de esperanza.
(1)
El ladrón convertido da un buen ejemplo de lo que es la verdadera fe, cuando sale de su mutismo, se hace
pública y reprocha con indignación la mala conducta de su vecino. Ese fue el
único servicio en toda su vida que rindió al reino de Cristo y resultó ser por
un lado un esfuerzo evangelístico y por el otro una defensa de Jesús (vv. 40,
41).
¿Qué
tipo de fe es esa que puede existir callada para siempre? ¿Qué tipo de fe es
esa que se tiene sólo en la vida privada? La gracia hace aparecer la fe en
nuestros corazones no sólo para que nos salve sino para que el mundo oiga de
ella. La esencia de la nueva fe es misionera. Observa que su fe tiene una
característica muy hermosa, me parece ver en sus palabras un brote de
indignación, como una cólera santa que convulsionó todo su cuerpo herido. Así
es la fe salvadora, por un lado tiene piedad y por el otro indignación. ¿No
será eso lo que le falta a la fe de muchos, una ardiente indignación? (2 Co.
11: 29). El mundo sigue campante pecando porque nadie se atreve a reprocharlo,
pueden vociferar maldiciones en nuestros rostros que sólo nos asustan pero no
calienta el coraje en nuestras venas.
(2)
No se reprocha por reprochar sino para
evangelizar, por el tono se ve que está indignado pero no explota por
explotar, quizás su primera intención sea callar a aquel bocón, bien porque es
su deber silenciar a Satanás; pero este hombre piensa en el alma de su compañero
porque había estado pensando en la suya. Fíjate que es un creyente fresco, hace
sólo unos minutos tan sólo que es cristiano y ya procura atraer a otro a la
salvación. En muchos esa es la época de más celo misionero y que en la mayoría
por desgracia declina y desaparece.
(3)
Fíjate que aún no ha recibido ninguna
garantía de vida eterna (Luc.
23: 43) pero ya está activo. Antes de que se le confirme su entrada al cielo ya
predica, porque su evangelismo no lo hace porque haya recibido la vida eterna,
ni tampoco porque lo espera un lugar muy bonito en el paraíso, no por los goces
que disfrutará en el cielo, sino por la condición que ve en su vecino pecador.
No es el cielo lo que se le ofrece a los pecadores para que sean salvos. No es
la ventaja de dejar una vida peor por una mejor, no es dejar lo feo por lo
bonito, lo malo por lo bueno, eso no es evangelismo, es negocio, el evangelismo
del ladrón es diferente, le pide a su amigo que cambie porque está en la misma
condenación (Lucas 23: 40). Y podemos estar seguros que no se refiere la
sentencia de muerte sino a la condenación de Dios, que la incluye también. Le
pide a su compañero que tema a Dios porque en unas horas nada más se hallará
frente a su tribunal. ¿Qué te digo hoy? ¿Que dejes tus pecados por la belleza
del paraíso? Deja tu pecado porque desde aquí a poco también te presentarás
frente al tribunal de Dios para recibir sentencia de condenación. Horrenda cosa
es caer en las manos Dios vivo.
(4)
Casi concluyendo es bueno que pensemos en su
esperanza (Luc. 23: 42). Este
hombre le pide al Señor que se acuerde de él, sabe que si el Señor se acuerda
de él cuando regrese será salvo. Cree en la doctrina de la resurrección de
entre los muertos, tanto para Jesús como para él mismo; da a entender también
que aquella cruz no era el fin de Jesús, que después de ella él establecería su
reino. Estaba pidiéndole no que lo salvara de esta muerte, no le pide que lo
baje de la cruz sino de la condenación eterna.
Esas palabras de Jesús, "hoy
estarás conmigo en el paraíso" son la correcta traducción que literalmente
diría "en verdad te digo: hoy estarás conmigo el paraíso". Es cierto
que el ladrón se refería la resurrección, pero Jesús le contestó más. El
paraíso no es un lugar futuro, de futura creación sino algo que ya está puesto
en existencia (2 Co. 12: 4). Jesús se está refiriendo que aquel mismo día su
alma entraría por la puerta del paraíso celestial, a la compañía de los
espíritus de los justos hechos perfectos y a la presencia del Padre. Dijo el
Señor que hay gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, y aunque los
ángeles pudieron estar tristes, con esta sorprendente victoria de la gracia de
Cristo se pusieron alegres y se prepararon para darle la bienvenida.
La gracia nos guía y nos obliga a hablar:
ResponderEliminarHechos 4:19,20 "Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído."
Y esa es la verdad, no podemos dejar de decir las cosas que hemos visto y oído.
1 Pedro 1:12 dice: "A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles." Los ángeles anhelan mirar cómo se anuncia el evangelio. Dios pudo enviar ángeles a predicar el evangelio, pero nos hace partícipes de esta gloria. ¡Qué honra más grande!
Gracias querido pastor por este texto.
Dios le guarde.
PD. Pastor, me llegó el libro jejeje, lo comenzaré a leer. Muchas gracias. :)
¿Alguna recomendación antes de iniciar la lectura?
Dios le bendiga
Aprendiz, la única recomendación que te hago es que lo disfrutes y te edifiques. Dejé a un lado la polémica y no quise tampoco escribirlo para los doctores de la ley sino ponerlo a disposición y utilidad de los hermanos de la iglesia, porque Apocalipsis fue escrito para ellos. Le inserté mis notas bíblicas con el propósito de hacerlo más devocional, así lleva incluso mis oraciones. Bendiciones siempre.
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