Mejorando el culto
Amós 5: 21-24
“Aborrezco, desprecio vuestras fiestas, tampoco me agradan vuestras asambleas solemnes. [22] Aunque me ofrezcáis holocaustos y vuestras ofrendas de grano, no los aceptaré; ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales cebados. [23] Aparta de mí el ruido de tus cánticos, pues no escucharé siquiera la música de tus arpas. [24] Pero corra el juicio como las aguas y la justicia como una corriente inagotable”.
El Señor no aceptó el amor de ellos porque no amaban al prójimo. El problema no estaba en que el culto fuera aburrido o algo así sino porque en los negocios y la justicia no parecían creyentes. Los sacrificios estaban levíticamente correctos y las arpas sonaban bien. Pero debían bajar los intereses bancarios, no aceptar soborno, devolver lo prestado y en vez de construir mansiones de recreos, ser más generosos con los empobrecidos del orden social. Israel pensaba que cumpliendo con la forma de la verdad ya Dios se satisfaría, que el cumplimiento de la letra, del arte externo, y la complacencia, eran suficientes. Una cosa es solemne sólo si es santa (vv. 10-12).
Si a pesar de los cambios el cultico no mejora y parece que Dios no acepta los sacrificios, sean sermones o música, el problema se halla no en el amor a Dios sino en el del prójimo. Un ejemplo de lo que digo es cuando leemos que no dice que rechaza “la multitud de tus cantares” sino el ruido de tus cánticos. Y eso a pesar del enjambre de gente que la oía porque la misma palabra significa muchos y tumulto.
Salían de allí contentísimos, sudando y roncos, pero eso no impresionaba a Dios que subía de punto cariserio. Aunque me gusta la música cristiana y como suelen hacer casi todos los santos, hasta tengo algunas melodías favoritas para cuando tomo una ducha, sé que los primeros músicos en el mundo fueron los hijos de Caín a quienes les repugnaba la sangre de la expiación y los altares doctrinales, y silbando canciones y llenando pentagramas huían de Dios. La música como parte del culto y acompañando a los sacrificios a Dios no fue parte de la ley de Moisés, sino una noble iniciativa y contribución del rey David, miles y miles de años después (no me malentiendan mis amigos arpistas y tamborileros) que la expiación, la redención, la oración y que la lectura de la Palabra fueran los únicos solitarios ingredientes sobre el altar de la reconciliación. Por supuesto que si usted lo prefiere, por favor no la envíe al exilio pero póngala como sierva de las doctrinas de la expiación, reconciliación, justificación por la fe y por supuesto de la cenicienta predestinación; y además no destituya a Jedutún por lo que he dicho porque me sentiría culpable. Ah, y no olvide, si también corre el juicio como las aguas y la justicia como impetuoso arrollo.
Oh, tremendo texto. Veo la realidad de muchas congregaciones en este texto. Muchos ponen la música como algo impresindible, creen que sin ella el "culto" no es culto. Pero esta reflexión echa por tierra ese pensamiento postmoderno.
ResponderEliminarLa Escritura es suficiente, y siempre debe estar por sobre todas las demás cosas.
Pastor, ¿me permitiría subir este texto a mi blog? Claro que colocaré los links y los créditos correspondientes. ¿Me da permiso?
Dios le guarde
Israel pensaba que cumpliendo con la forma de la verdad ya Dios se satisfaría, que el cumplimiento de la letra, del arte externo, y la complacencia, eran suficientes.
ResponderEliminarEn Espíritu y en Verdad, esa es la única manera que el Padre quiere que le adoren...
Lo cual no es nada más que otro punto a favor del Monergismo puesto que el Espíritu, sólo puede venir de Dios Padre.
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Por supuesto joven reformado, puedes pegarlo en tu blog y que el Señor bendiga su lectura. Dios te ayude.
ResponderEliminarRenton, permíteme sin arrogancia y sin polemizar, mejorarte un poquillo tu exégesis. Lo que dices sobre el monergismo es cierto, específicamente en la regeneración o nuevo nacimiento, pero si citas ese versículo a un arminiano te pondrá en aprieto porque la inmensa mayoría de los comentaristas serios, incluyendo a Calvino, explican que “espíritu” aquí equivale a “opuesto a los ritos y ceremonias” “lo carnal”, lo que ven los ojos, la localización de Dios; sí es cierto como dices Dios es Espíritu y sin ese Espíritu no hay adoración, y eso es mayormente monergismo en la adoración, o gracia en la adoración porque la gracia expresada es la misma gracia otorgada. Muchos afectos,
ResponderEliminarOh, siempre había creído que En Espíritu quería decir mediante el Espíritu Santo, porque Jesús más adelante dice que Dios es Espíritu.
ResponderEliminarGracias por sus palabras!
:]
Renton, ¡por nada!, ahora eres más fuerte.
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