Gotas de Dios


Miqueas 2: 6, 7
"No profeticéis" dicen, y profetizan. Aunque ellos no profeticen acerca de estas cosas, no serán retenidos los reproches.

.Un texto de difícil traducción y de difícil entendimiento; pero de acuerdo a esta versión habían prohibido a los profetas dar mensajes negativos y eso que se llamaban hijos de Jacob. Trataban de limitar el Espíritu Santo; y parece que procuraban desanimar al profeta diciéndole que cualquiera cosa que predicara no los avergonzaría en lo más mínimo.  
Esas malas palabras y obras de ellos no las haría Jacob ni las inspiraría Dios; sin embargo el profeta vence el desánimo y les contesta que aunque a la mayoría no les aprovecharán sus palabras, las gotas de Dios, a los que andaban rectamente sí les harían bien y por ese puñado de personas él continuaría con su vocación y entregando los mensajes del Señor. 
Cuando dice no les profeticen, la palabra quiere decir “no destiléis” y también gota a gota, o hacer llover y por supuesto que en sentido figurado lo que quiere decir es no hablarles ni predicarles. Y eso nos enseñan que así suelen llegar los mensajes del Señor a través de la Biblia, y mensajeros, cuando no nos habla mucho de una vez sino por poquitos como bien dice otro profeta, “un poquito aquí y otro poquito allá” (Isaías. 28: 9, 10). O unas gotas en la mañana y otras en la noche, algunas el miércoles y otras en domingo. Como no somos capaces de recibir mucho es por lo que Dios nos habla despacio, como por sílabas, igual que a los párvulos, y repite, y casi siempre nos suministra sus preciosos asuntos, como el agua de vida si tenemos sed, alimentos sin estamos hambrientos, medicinas si enfermos, en pequeñas cantidades con un gotero, despacio, porque no nos gustan los mensajes negativos y las reprensiones duras

Comentarios

  1. Como no somos capaces de recibir mucho es por lo que Dios nos habla despacio

    No somos ni capaces de recibir mucho, ni tampoco de asimilar las Verdades de Dios.

    Recuerdo -con no poco sonrojo- que en mis primeros años de vida en Cristo, me enorgullecía por las cosas que hacía y por las que había dejado de hacer.

    No fue hasta que entendí 1 Corintios 4:7 que no dejé de comportarme como un niño.

    Dios nos da Sus pequeñas revelaciones gotita a gotita, y estas son de leche naturalmente, porque somos incapaces de tomar alimento sólido tan pronto hemos renacido.

    Y la verdad es que prefiero que sea así, ya sabe, la alternativa a eso es recibir un aguijón en la carne...

    :|

    ResponderEliminar
  2. Gracias por el adverbio "muy", Isa, y por tu presurosa visita, no olvides recoger mis saludos para tu familia.

    ResponderEliminar
  3. Un buen texto bíblico, 1 Co. 4: 7; conoces las gemas de la revelación, Renton. Pero aunque maduramos un poco las gracias nuevas llegan en dedales porque las antiguas tienen que ser repetidas (¡cursiva!). Pedimos perdón por pecados varias veces arrepentidos y perdonados (¡negritas!) por que los volvemos a cometer, la fe pierde su lozanía, se amarga el gozo y la paloma de la paz vuela muy tímida a la primera noticia que nos sobresalte.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hiel de Betel, mal padre

Neginot y Seminit

El altar de tierra