No habrá que cargarlos a la iglesia
Zacarías
8: 20-23
Zacarías 8: 20-23
"Vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades
y vendrán de una ciudad a otra y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y
a buscar a Jehová de los ejércitos. Yo también iré".
El número diez
significa muchos. Los judíos convertidos convertirán a muchos gentiles. Es un
cuadro bello para la iglesia judeo-gentil. Tiempos muy hermosos estaban
predichos y las gentes sabrían que las bendiciones vendrían de Dios y vendrían
buscándolas. No habrá que invitarles que vengan porque oyendo de vuestras
bendiciones y mirándolas también las querrán. Oh Señor ¿cuándo llegarán esos
tiempos para la iglesia? Yo veo eso en Jesús, la gente lo buscaba más a él que
él a ellos. Era muy atractivo. Y en realidad él los atraía. Cada uno dirá al
oírlo "yo también iré"; y el mismo profeta si estuviera en lugar de
ellos diría yo también iré. Cuando el Espíritu se derrame sobre la iglesia y la
iglesia clame por sí misma, por sus pecados, cada uno por sí; cuando el Señor
nos envíe Espíritu de oración y de gracia, sucederán que estos sueños se
realizarán. Este es el verdadero método de evangelismo, el método del Espíritu;
donde no hay que arrastrar la iglesia para que haga la gran comisión, para que
cada uno ore y se preocupe por la salvación de su vecino, porque cada uno
estará preocupado por su propia salvación; entonces los hijos que se preocupan
por su propia salvación se preocuparán también por la de los padres, y
viceversa.
El punto de partida de un gran avivamiento somos nosotros mismos,
cuando la renovada porción del Espíritu se derrame sobre nosotros, y recibamos
una unción fresca; con corazones ardientes, llenos de gracia, cumpliremos todas
aquellas cosas que están escritas en la ley y en los profetas, y todos los
mandamientos del Señor. Es así como germina un avivamiento, por cual estamos
ansiosos, el cual realizará nuestros sueños, y sacará la iglesia del espasmo en
que se halla estancada. Todos dirán, "yo también iré", y asirán de la
camisa un cristiano para que no vaya sólo a la iglesia, porque ellos también
quieren, y les suplican, que los lleve. Oh Señor derrama tu Espíritu de gracia
y de oración sobre nosotros. Amén y amén.
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