Infarto del corazón
Oseas 10: 2
"Está dividido su corazón".
Es una mejor traducción que un corazón “infiel”. Piensa dos cosas opuestas, el bien que no hace y en lo malo que hace, con la mente en la ley de Dios y con la carne en el pecado; o, hace cosas buenas y malas, sirve a la carne y al Espíritu, al pueblo de Dios y al mundo, a Cristo y a sí mismo, al Señor y al diablo, es santo y vil, creyente e incrédulo, sagrado por los sacramentos y profano por estilo de vida, es ángel y demonio, oro y barro, un monstruo, una abominación. Tiene dos señores, dos caminos, dos bautismos pero un solo destino: la muerte. No podemos balancearnos entre dos pensamientos, dijo Elías (1 Re. 18:21).
Es el síntoma de la hipocresía y la adulación como se pudiera traducir la palabra dividido. Pablo dijo que para él, y por supuesto para todos, Cristo es “el todo” o nada; entero sí, una parte no, no se le puede negar algo, desalojarlo en algún sitio, echarlo de cierto lugar, prohibirle la entrada y la opinión a ciertos asuntos, dejar un territorio prohibido para él. Un corazón dividido es un corazón roto por algún infarto, muerto. Ya no puede bombear sangre y se para. Entonces, por la causa que sea, ha sufrido un infarto su vida cristiana.
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