Parte III. Jesús: I. Sus divisores, II. Admiradores, III. Sus estudiosos
Juan 7:40-53 (LBLA)
Entonces algunos de la multitud, cuando oyeron estas palabras, decían: Verdaderamente este es el Profeta. [41] Otros decían: Este es el Cristo. Pero otros decían: ¿Acaso el Cristo ha de venir de Galilea? [42] ¿No ha dicho la Escritura que el Cristo viene de la descendencia de David, y de Belén, la aldea de donde era David? [43] Así que se suscitó una división entre la multitud por causa de Él. [44] Y algunos de ellos querían prenderle, pero nadie le echó mano.
[45] Entonces los alguaciles vinieron a los principales sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: ¿Por qué no le trajisteis? [46] Los alguaciles respondieron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla! [47] Entonces los fariseos les contestaron: ¿Es que también vosotros os habéis dejado engañar? [48] ¿Acaso ha creído en Él alguno de los gobernantes, o de los fariseos? [49] Pero esta multitud que no conoce de la ley, maldita es. [50] Nicodemo, el que había venido a Jesús antes, y que era uno de ellos, les dijo: [51] ¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo que hace? [52] Respondieron y le dijeron: ¿Es que tú también eres de Galilea? Investiga, y verás que ningún profeta surge de Galilea. [53] Y cada uno se fue a su casa.
Tercera parte: Jesús y sus estudiosos
Observe que le dijeron a Nicodemo que hiciera una investigación y le advirtieron que llegaría a la conclusión que Dios había menospreciado a los galileos y no había llamado de allí a nadie al oficio profético (v.52). El consejo de investigación para aclarar alguna duda o confirmar una verdad es bueno.
Pienso que ellos se referían a que escudriñara la Escritura. Eso está bien, la Biblia es el primer libro que hay que estudiar para aprender la verdad acerca de Dios y es por ella que tenemos que confirmar, corregirnos y exhortarnos (2 Ti. 3:16), y lo mismo para desarrollar un ministerio saludable (2 Ti. 4:2). Debemos conocer la Biblia como Juan Bunyan de quien se dijo que por sus venas no corría sangre sino “biblina”.
Es bueno ir a ella primero y ver lo que dice, y también lo que otros libros dicen sobre ella, lo que otros autores, maestros y doctores de la ley han comentado sobre las palabras que estamos investigando pues ellos lo hicieron primero. Si alguno puede aprender un poco de griego, bendito sea Dios, qué instrumento tan precioso para fastidiar a los mentirosos. Los comentarios son de valiosa ayuda para el entendimiento y comprensión de la Escritura. Las exposiciones bíblicas magníficas si tienen aplicaciones, y los sermones expositivos o textuales también conviene leerlos, si el predicador no tiene la manía de dar más consejos sicológicos que bíblicos, o si no le rinde más tributo a la homilética que a la exégesis.
El apóstol Pablo llevaba consigo no sólo los pergaminos (suyos y del Antiguo Testamento) sino libros (2 Ti. 4:13). El consejo que le dieron a Nicodemo fue bueno y abarcaba toda la Biblia porque para saber si Dios tuvo profetas galileos tendría que no sólo hojear la Escritura o leer los libros proféticos sino toda ella porque algunos predicaron pero no escribieron sus profecías. Todo cristiano debiera leerse la Biblia completa de modo que sea capaz estando familiarizado con su contenido, de comparar “lo espiritual a lo espiritual” (1Co. 2:13) que es una forma indispensable de investigación de modo que toda ella hable por sí misma sobre algún asunto en particular. Ella se explica a sí misma.
Sin embargo aunque el consejo fue sabio uno se da cuenta que le están pidiendo a Nicodemo que confirme con la Escritura los errores de ellos porque de Galilea sí Dios había llamado profetas. Jonás era uno y posiblemente Oseas y Nahúm (Capernaúm, Kfar Nahum, “villa de Nahum”) tal vez por él). Envían a Nicodemo a la Escritura sin embargo “no sabían lo que decían ni afirmaban” (1 Ti. 1:7) y se creían doctores de la ley. No hagamos caso a los títulos y supuestos conocimientos que algunos dicen poseer de la Escritura. De lo que ellos digan hay que hacer como los antiguos bereanos, comprobar con ella si es cierto (Hch. 17:11).
Y eso hay que hacerlo principalmente porque no pocos estudiosos de la Escritura importan sus prejuicios dentro de ella. En este caso son prejuicios raciales. Estaban invitando a ese hombre a que tuviera los prejuicios raciales de ellos y discriminara a los otros como ellos lo hacían, y para eso ¡le dicen que busque textos bíblicos!, queriendo que Dios también los tenga. Una persona puede tener su opinión sobre una región, una cultura, un país y engañarse creyendo que son inferiores. Y además querer convertir la Escritura en su aliada. Lo opuesto es mejor, quitarse con ella esos prejuicios de superioridad e inferioridad étnicas porque sabemos muy bien lo que han hecho al mundo esas culturas “civilizadas”.
Dios ha llamado desde el Tercer Mundo muy buenos galileos de Centro y Sur América, y del Caribe, y eunucos muy ávidos de la Escrituras desde Etiopía que han aprendido de Felipe, de Esteban, de Pablo y de Jesucristo, de modo que como pastores, predicadores y expositores, no tienen nada que envidiarles a los de esas grandes naciones del Primer Mundo y a algunos de entre ellas que piensan que “la palabra de Dios de ellos sólo ha salido y a ellos sólo ha llegado” (1Co. 14:36), que “tienen reputación de ser algo” pero que a ellos “nada nuevo le han enseñado”.
Dios ha llamado desde el Tercer Mundo muy buenos galileos de Centro y Sur América, y del Caribe
ResponderEliminarExacto!
Cuando uno tamiza las palabras de alguien -fueren estas cuales fueren- pasándolas por el tamiz de su cultura, etnia, acento, status económico o incluso rama cristiana a la que pertenece... se queda con Nada.
No porque las palabras no fueran Verdad, sino porque todo aquel que va por la vida tamiz en mano, carece de ojos para ver y oidos para entender.
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Felicidades español, por la copa de fútbol. Renton, me alegro que de vez en cuando me leas. Explícame tu comentario porque aparte de la palabra ¡exacto!, entendí poco. Seguro que has hecho observaciones muy importantes. Te espero.
ResponderEliminarHumberto:
ResponderEliminarExplícame tu comentario porque aparte de la palabra ¡exacto!, entendí poco.
LOL
Cuando alguien filtra las palabras de alguien teniendo en cuenta la cultura, lengua, acento, raza y demás del que le habla, demuestra que es mundano, que no le importa la Verdad sino confirmar su mundana subjetividad.
Por ejemplo, si alguien escucha a un hermano que es negro y sudamericano, decir una Verdad bíblica, y la ignora porque en el fondo el tipo es racista, demuestra que en él, lo mundano vence a lo espiritual.
Es decir, no tiene oidos para oir ni ojos para ver pues estos son del mundo.
Todo el que es de Dios reconoce el mensaje de Dios, esto es lo que nos dice Jesús en Juan 10,
26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.
27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
Fíjate que Jesús dice "no creeis porque no sois de mis ovejas" y no "no sois de mis ovejas porque no creeis"...
Humberto:
Felicidades español, por la copa de fútbol
Lo cierto es que soy catalán y no me siento para nada español, pero me alegro por amigos y familiares que sí se sienten españoles.
:]
Renton. Gracias por la explicación. Está hermosa. Siento que te llamé español, olvidé que eras catalán. Bendiciones.
ResponderEliminarMuchas gracias pastor por esta enseñanza.
ResponderEliminarMe encanta leer sus mensajes, son llenos de "biblina" jeje, llenos de pasión por la verdad y por Jesucristo.
Gracias nuevamente, porque me contagia y me anima grandemente. Es un gusto leer sus textos.
Dios le guarde, querido pastor, y le siga guiando a escribir.
He aprendido bastante con usted. Dios le dé sabiduría y gracia en abundancia.
Un abrazo.
Un abrazo, AR, también tú me animas en este pequeño blog, diciéndome el provecho que sacas de lo que escribo, que como sabemos, me lo da el Señor, dale gracias a su misericordia y fidelidad. Dios quiera que pueda continuar ayudándote.
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