Nuestros sustos terminan en el valle de Beraca
2 Crónicas 20:12-29
(LBLA)
“Oh Dios nuestro, ¿no
los juzgarás? Porque no tenemos fuerza alguna delante de esta gran multitud que
viene contra nosotros, y no sabemos qué hacer; pero nuestros ojos están vueltos
hacia ti. [13] Y todo Judá estaba de pie delante del Señor, con sus niños, sus
mujeres y sus hijos. [14] Entonces el Espíritu del Señor vino en medio de la
asamblea sobre Jahaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo
de Matanías, levita de los hijos de Asaf, [15] y dijo: Prestad atención, todo
Judá, habitantes de Jerusalén y tú, rey Josafat: así os dice el Señor: "No
temáis, ni os acobardéis delante de esta gran multitud, porque la batalla no es
vuestra, sino de Dios. [16] "Descended mañana contra ellos. He aquí ellos
subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis en el extremo del valle, frente
al desierto de Jeruel. [17] "No necesitáis pelear en esta batalla;
apostaos y estad quietos, y ved la salvación del Señor con vosotros, oh Judá y
Jerusalén." No temáis ni os acobardéis; salid mañana al encuentro de ellos
porque el Señor está con vosotros. [18] Y Josafat se inclinó rostro en tierra,
y todo Judá y los habitantes de Jerusalén se postraron delante del Señor,
adorando al Señor. [19] Y se levantaron los levitas, de los hijos de Coat y de
los hijos de Coré, para alabar al Señor, Dios de Israel, en voz muy alta. [20]
Se levantaron muy de mañana y salieron al desierto de Tecoa; y cuando salían,
Josafat se puso en pie y dijo: Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén, confiad
en el Señor vuestro Dios, y estaréis seguros. Confiad en sus profetas y
triunfaréis. [21] Y habiendo consultado con el pueblo, designó a algunos que
cantaran al Señor y a algunos que le alabaran en vestiduras santas, conforme
salían delante del ejército y que dijeran: Dad gracias al Señor, porque para
siempre es su misericordia. [22] Y cuando comenzaron a entonar cánticos y
alabanzas, el Señor puso emboscadas contra los hijos de Amón, de Moab y del
monte Seir, que habían venido contra Judá, y fueron derrotados. [23] Porque los
hijos de Amón y de Moab se levantaron contra los habitantes del monte Seir
destruyéndolos completamente, y cuando habían acabado con los habitantes de
Seir, cada uno ayudó a destruir a su compañero. [24] Cuando Judá llegó a la
atalaya del desierto, miraron hacia la multitud, y he aquí, sólo había
cadáveres tendidos por tierra, ninguno había escapado. [25] Al llegar Josafat y
su pueblo para recoger el botín, hallaron mucho entre ellos, incluyendo
mercaderías, vestidos y objetos preciosos que tomaron para sí, más de los que
podían llevar. Y estuvieron tres días recogiendo el botín, pues había mucho.
[26] Al cuarto día se reunieron en el valle de Beraca; porque allí bendijeron
al Señor. Por tanto llamaron aquel lugar el Valle de Beraca hasta hoy. [27] Y
todos los hombres de Judá y de Jerusalén regresaron, con Josafat al frente de
ellos, regresando a Jerusalén con alegría, porque el Señor les había hecho
regocijarse sobre sus enemigos. [28] Entraron en Jerusalén, en la casa del
Señor, con arpas, liras y trompetas. [29] Y vino el terror de Dios sobre todos
los reinos de aquellas tierras cuando oyeron que el Señor había peleado contra
los enemigos de Israel”.
Josafat trajo a las
mujeres y a los niños consagrados ante la presencia divina (v. 13), le mostró
al Señor un cuadro que le conmoviera, trató de llegar a los sentimientos de
Dios. ¡Qué alce su mano y diga alguien que haya hecho esto y Dios no haya
tenido piedad de él! Y la palabra de Dios vino desde un lugar oscuro
(vv.13-17). Esto sí se llama conocer a Dios "personalmente", en una
oración y en una situación. No se puede precipitar la conversión de una persona
urgiéndole que ore fuera de un momento ocasionado por Dios.
Salieron nada más
para ver lo que Dios haría y para recoger el inmenso botín. Oh sí, las grandes
pruebas dejan al pasar grandes tesoros (vv. 18-30). Sí, todas las pruebas,
conflictos, angustias, sobresaltos y terrores, terminan en el valle de Beraca
(es decir bendición). No te preocupes, que obran para bien y no terminan
en otra parte; ejercita la fe (cuando oigas la palabra en boca de los profetas,
o la leas en el Libro sagrado, inspirado y ungido por Dios), clama, habla desde
tu corazón al de Dios.
Eso que hizo el rey
Josafat es fascinante; animó a su pueblo con una palabra de fe antes que el
ejército saliera a la batalla, y pidió al grupo de alabanza que pusieran música
en sus labios, cambiando con la dulzura de la melodía y las palabras de las
promesas el ánimo total de todos: la melancolía, el temor, la desilusión, la
frustración, etc.
Lo que sucedió aquí
no fue la victoria psíquica de Israel sobre sus enemigos, ni que alguna energía
positiva hubiera salido de ellos y golpeado la situación, nada de eso, el
cambio de ánimo de ellos tuvo que ver con el estado ante Dios y no con una
disposición favorable para capear el asunto. Eso de "visionar mentalmente
un triunfo", enséñelo el ministro que sea, pertenece a la "Nueva
Era", y es una falsificación de la fe.
Comentarios
Publicar un comentario