¿Por qué todo obra para bien a los que aman a Dios?
1 Reyes 12.15, 22-24
"El
rey no escuchó al pueblo, porque lo que había sucedido era del SEÑOR, para que
El confirmara la palabra que el SEÑOR había hablado por medio de Ahías
silonita a Jeroboam, hijo de Nabat. Pero la palabra de Dios vino a Semaías,
hombre de Dios, diciendo: Habla a Roboam, hijo de Salomón, rey de Judá, y
a toda la casa de Judá y de Benjamín, y al resto del pueblo, diciéndoles:"Así dice el SEÑOR:
'No subiréis ni pelearéis contra vuestros hermanos los hijos de Israel; vuelva
cada uno a su casa, porque de mí ha venido esto. Y ellos escucharon la
palabra del SEÑOR, y se volvieron para irse conforme a la palabra del SEÑOR".
“Porque
era designio de Jehová” “Era del Señor”. ¿Cómo puede ser eso, que Roboam peque
para que se cumpla la profecía? Ya he dicho que dentro de la historia hay
profecía. Los acontecimientos del mundo se hallan predestinados, sin embargo,
sus ejecutores ignoran que se hallan haciendo la voluntad de Dios y los
realizan libremente sin ninguna opresión por la parte divina. Roboam quiso
corregir con la guerra su error político pero Dios se lo prohibió afirmando que
la división del reino la había hecho él. La intención de la Escritura no es
quitarle la responsabilidad al rey, sino más bien enseñarle otras cosas sobre
el misterio de la relación entre la conducta humana y la voluntad divina, las
consecuencias del pecado y el inútil derramamiento de sangre.
Roboam
nunca pensó de este modo: “No fue mi culpa sino de Dios, él lo hizo y no yo.”
Más bien lo que pudo haber dicho fue: “Me equivoqué, ya no puedo echarme atrás,
fui predestinado hacer esto pero no obligado”. Los hombres libres para actuar
como quieran. La Escritura no presenta una filosofía para salvar a Dios de la
responsabilidad de los malos actos humanos que lo ponga independiente o
ignorante de lo malo que se hace en el mundo. Al contrario, siempre leemos que
él está involucrado tanto en lo bueno que los hombres hacen como en lo malo. Y
nunca tiene la culpa.
La
historia de Roboam es instructiva en dos sentidos. Primero, que aunque pequemos Dios
no pierde el control de nuestras vidas y por ser así nuestra
existencia no quedará sujeta al caos y al desorden. Dios no pierde su soberanía
cuando los hombres pecan. Obrando nosotros mal no tendrá él menos control sobre
nuestras vidas que cuando hacemos las cosas bien hechas.
Lo
segundo tiene que ver con el cauce que tome nuestra vida a
partir de un error o de un pecado. No necesariamente tiene que seguirnos la
ruina y la desgracia, ni estamos condenados a continuar errando y pecando de la
misma manera; porque todavía Dios hace su voluntad lo mismo cuando pecamos que
cuando hacemos el bien, él sabe como corregir lo malo que hicimos y encauzarlo
todo para bien, para su gloria, lo mismo cuando decidimos guiados por la carne,
mal aconsejados, que si lo hubiéramos hecho por el Espíritu Santo. Pero no
tomes esto para desobedecer a Dios que enderezar nuestro camino duele mucho,
toma tiempo y se llora bastante.
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