¡Qué sermón tan bonito! Dios no soñó hacernos miembros y obreros de una iglesia problemática


UNA IGLESIA IDEAL
1 TESALONICENSES 2: 13
“Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibisteis de nosotros la palabra del mensaje de Dios, la aceptasteis no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en vosotros los que creéis”.

“Los sermones de mi pastor siempre están activos en mi corazón; yo no le escucho por gusto, en cualquier ocasión tengo algo que recordar de ellos que me es útil. Hay veces que pienso que se me olvidan, y no es así, cada semana van incorporando algo que formarán parte de mis experiencias en momentos determinados”. No pienses mezquinamente de las enseñanzas del evangelio. Cuando oigas su sermón no sólo digas "qué bonito" "qué bueno" sino: "¿Qué ha querido decirme particularmente a mí el Espíritu Santo hoy? ¿Me ha reprendido, me ha exhortado, me ha consolado? He venido a oír la voz del cielo ¿qué haré para ser salvo?

Dios no soñó hacernos miembros y obreros de una iglesia problemática


1 TESALONICENSES 5: 12, 13
"Pero os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que con diligencia trabajan entre vosotros, y os dirigen en el Señor y os instruyen".

Oh Señor qué bueno eres, cómo te preocupas para que yo sea bien estimado y amado. Y no sólo yo sino los maestros, los diáconos y los predicadores; todos los que trabajan en la iglesia. No, el Señor no quiere que nos menosprecien ni que no valoren lo que hacemos. No nos llamó a un ministerio duro y entre ingratos, para que suframos constantes críticas y vivamos entre problemas fraternales. No. No quiere que paguemos ese precio por nuestro servicio. El quiere que los hermanos aprecien nuestro trabajo y nos muestren amor, honor y respeto. Si los que no están en el servicio activo de los santos ven cómo critican y maltratan a los obreros de la iglesia ¿cuándo se decidirán a cooperar con ellos o reemplazarlos? El Señor no soñó con un plan para hacernos miembros y obreros de una iglesia problemática y conflictiva. Es satanás y no la predestinación divina la que nos hace difícil el servicio a los hermanos. El diablo la mayoría de las veces es quien crea inconformidades entre los santos hacia sus siervos para desalentarlos y que abandonen su puesto. El Señor anheló para mí la mejor iglesia, y yo la procuré con sinceridad y amor, toda la vida, como pastor o como un simple miembro de ella.

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